Francia propone retrasar la edad de jubilación dos años, hasta los 62, en 2018
- Para la pensión máxima habrá que cotizar 41 años y tres meses
- París pretende así volver al equilibrio presupuestario en 2018
El Gobierno francés ha anunciado su plan para retrasar de manera progresiva la edad legal de jubilación y llegar a los 62, dos más que en la actualidad, en 2018.
Entre las propuestas del Ejecutivo que preside el primer ministro, François Fillon, está también la de prolongar en tres meses los 41 años de cotización necesarios para reunir los derechos necesarios para cobrar la pensión máxima de jubilación.
Esta medida afectaría desde 2013 a los trabajadores nacidos en 1953 y 1954, según precisó el ministro de Trabajo, Eric Woerth, que asegura que el proyecto se aplicará de manera "responsable" y "justa".
Esta reforma de las jubilaciones permitirá que las cuentas públicas francesas retornen al equilibrio en 2018, según las proyecciones del Gobierno.
Más cotización en 2020
El Gobierno calcula que, en la práctica, el tiempo necesario para cobrar la pensión máxima de jubilación llegará a los 41 años y cinco meses en 2020, como consecuencia de la evolución demográfica de la sociedad francesa y por el incremento pronosticado de la esperanza de vida.
La edad a partir de la cual un trabajador podrá jubilarse aun sin haber cotizado el tiempo necesario para cobrar el máximo de pensión se ampliará también en dos años, desde los 65 a los 67, precisó el Ejecutivo francés.
El ministro Woerth agregó que los trabajadores que tengan una incapacidad física de al menos el 20% podrán seguir jubilándose a los 60 años y que aquellos que hayan comenzado a trabajar antes de los 18 años se podrán jubilar antes de los 62, siempre que hayan cotizado el tiempo necesario.
Pleno empleo en 2024
Estas medidas lograrán que el sistema de pensiones esté equilibrado en 2018, sobre la base de que en el año 2024 se haya vuelto a una situación de "pleno empleo", que París equipara con un índice de paro del 4,5% (frente al 10,1% actual).
El Ejecutivo anunció además que los déficit acumulados en el sistema nacional de pensiones hasta que se consiga equilibrar las cuentas serán financiados por el Fondo de Reserva para las Jubilaciones, creado en 1999 y que en teoría sólo se debería comenzar a emplear desde el año 2020.
Este fondo fue creado precisamente para compensar el incremento previsto en el número de trabajadores que deberán cobrar una pensión de jubilación como consecuencia del envejecimiento esperado de la población francesa dentro de diez años.
Un déficit de 42.300 millones, sin reformas
El Gobierno estimó hoy que, si no se aplican reformas, el déficit del sistema de pensiones aumentaría desde los 32.300 millones de euros de 2010 a los 42.300 millones de euros en 2018.
En el anteproyecto se detallan además otras medidas destinadas a incrementar la financiación del sistema público de pensiones y que tendrían que aportar un total de 3.700 millones de euros más en 2011 y 4.600 millones en 2020.
Eso se logrará con subidas de impuestos, como el incremento de un punto de las retenciones en el tramo superior de las rentas más elevadas.
Las rentas altas, al 41%
De este modo, para las rentas más altas las retenciones serán del 41% (frente al 40% de máximo actual) y eso se hará como "aportación de solidaridad" con el envejecimiento de la población, explicó el ministro de Trabajo, quien dijo que esta medida recaudará 230 millones de euros en una primera fase.
También dijo Woerth que habrá incrementos de las retenciones por plusvalías mobiliarias e inmobiliarias, sobre los dividendos y los intereses, así como en las retenciones sobre las opciones sobre acciones (stock options).
Sarkozy recibirá el próximo viernes las propuestas del Gobierno y los comentarios de los interlocutores sociales con el fin de dar su aprobación y para que el Consejo de Ministros pueda examinarlas en su reunión del 13 de julio.
El plan, aún antes de conocerse, ya suscitó la oposición de los principales sindicatos, seis de los cuales ya han convocado una huelga general el jueves 24 de junio para protestar por la reforma.