Un año sin Vicente Ferrer
- Su Fundación continúa actualmente con el legado del cooperante
- En la India más de 8.000 personas le han rendido homenaje en una ceremonia
Este sábado se cumple un año desde que nos dejó Vicente Ferrer. Tenía 89 años y murió en la India, el país en el que pasó más de medio siglo trabajando por los desfavorecidos.
Había llegado allí en 1952 como misionero jesuita y en 1969 se instaló en Anantapur, en el estado de Andhra Pradesh. Abandonó la Compañía de Jesús y se casó con la periodista británica Anne Perry. Fruto de este matrimonio nacieron tres hijos: Tara, Yamuna y Moncho Ferrer Perry, el actual heredero de su obra.
En Anantapur, una de las zonas más deprimidas de la India, puso en marcha un proyecto que pretendía reducir la pobreza extrema a través de la educación, la salud, la ecología y la integración de la mujer y de los discapacitados.
En 1996 creó la Fundación Vicente Ferrer para fortalecer ese modelo, que se ha ido extendiendo con el paso de los años hasta alcanzar a dos millones y medio de personas.
Vicente Ferrer fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia y actualmente su Fundación es candidata al Nóbel de la Paz.
Quienes le conocieron personalmente dicen que era una persona cercana y muy humana, pero también un trabajador incansable, que dedicó toda su vida a devolver la dignidad a quienes habían sido privados de ella.
Ceremonia en la India
Más de 8.000 personas han participado este sábado en Anantapur, epicentro de la obra humanista del cooperante, en los actos de conmemoración del primer aniversario de la muerte del cooperante español.
A la emotiva ceremonia han asistiedo familiares del fallecido cooperante, representantes de las autoridades locales y directivos de la Fundación Vicente Ferrer, así como muchos de los beneficiarios de las comunidades y pueblos, incluidos varios centenares de niños, con los que trabaja la Fundación desde hace más de 40 años.
En el homenaje, que se desarrolló con un ritual hindú en el que varios niños realizaron una ofrenda de flores, incienso y alcanfor, se leyeron varios textos de las tres religiones (hindú, musulmana y cristiana) presentes en la región, en las lenguas telugu y urdu.
También se leyeron fragmentos del libro "El encuentro con la realidad", escrito por el propio Ferrer, en inglés, español y catalán, idiomas que "formaron parte de su vida", según declaró su viuda.
Anna Ferrer, su esposa, que ha presidico los acots y que actualmente dirige la Fundación, destacó la importancia del trabajo de su difunto esposo y subrayó que "el mejor legado es continuar con su trabajo".
“El mejor legado es continuar su trabajo“
Para el acto se han trasladado piedras de diferentes lugares significativos en la vida y trabajo de Vicente Ferrer, como los lugares donde empezó su andadura en la India, pueblos de las zonas donde trabajó, como en el terremoto de 2001 o el tsunami de 2004, así como de ríos que cruzan la región.
Una estatua en su honor
En el acto conmemorativo también se ha inaugurado una estatua en su honor en una de las calles de Anantapur.
La Fundación que lleva su nombre continúa actualmente con el legado del fallecido desarrollando diferentes proyectos sobre sanidad, educación, vivienda, ecología, mujer y personas con discapacidad.
Una plataforma ciudadana presentó el pasado mes de febrero la candidatura de la Fundación Vicente Ferrer al premio Nobel de la Paz 2010 ante el Comité Nobel de la Paz en Oslo (Noruega).
El programa de la ONG abarca más de 2.300 pueblos de India y beneficia a cerca de 2,5 millones de personas, donde se ha logrado el 100% de la escolarización primaria, se ha creado una red sanitaria y se ha logrado que cerca de 17.000 personas sean beneficiarias del programa para discapacitados. La Fundación Vicente Ferrer cuenta hoy en día con unos 145.000 colaboradores.