Almunia aboga por emplear la crisis para hacer reformas estructurales que impulsen el crecimiento
El comisario europeo para la Competencia, Joaquín Almunia, ha asegurado que es "imprescindible" apoyarse en la crisis para lanzar reformas estructurales "que introduzcan dinamismo y crecimiento en las economías".
En una jornada organizada por el Instituto de Empresa, Almunia ha dicho que el potencial de crecimiento económico de la Unión Europea (UE) será todavía menor que el que había antes de la crisis, que ya era bajo.
Las crisis, el mejor momento
Almunia ha destacado que no sólo se trata de recomponer las "piezas rotas" por la crisis, sino también de acometer las reformas necesarias.
En su opinión, las crisis "son momentos en los que las reformas estructurales pasan con menor dificultad porque es más evidente la necesidad de hacerlas".
En cualquier caso, ha admitido que no es fácil llevarlas a cabo porque hay tentaciones proteccionistas, no sólo en Europa, si bien se ha mostrado confiado en que "la lección de los males del proteccionismo ante la crisis se haya aprendido de una vez por todas".
Acabar con el proteccionismo
Almunia ha incidido en que para combatir el proteccionismo se necesita que Europa "sea fuerte, que cuente con apoyo político y de los ciudadanos para avanzar y no retroceder".
El comisario europeo ha defendido que la financiación económica no prime sobre los valores humanos, porque no cabe que se remunere a los que han usado "los incentivos de la codicia" para originar la crisis, porque los ciudadanos ya no lo aceptarán.
Almunia cree que la empresa es la solución, nunca el problema, y apuesta por la creación de empresas innovadoras, capaces de asumir riesgos y de sacar rentabilidad al capital invertido.
Satisfecho con el papel europeo
Asimismo, ha dicho que los mercados son un instrumento indispensable para el buen funcionamiento de las economías, ya que sin mercados eficientes no habrá crecimiento sostenible, ni creación de empleo, ni un futuro mejor para empresas y ciudadanos.
Además ha resaltado que está satisfecho de la capacidad de la UE para reaccionar ante la crisis, aunque no por los resultados obtenidos, ya que han sido beneficiadas otras partes del mundo, mientras en Europa "estamos a mitad de camino".