El amenazado futuro de las ballenas, a debate
- La Comisión Ballenera se reúne en busca de un acuerdo
- Países como Japón o Noruega son partidarios de reanudar la caza comercial
- Los conservacionistas alertan de la situación de los cetáceos
Países como Japón, partidarios de levantar la moratoria para la caza comercial de ballenas, y los conservacionistas han comenzado hoy lunes la pugna que protagoniza la reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI).
Es su sexagésimo segunda reunión anual, que se celebra en la localidad marroquí de Agadir, el reto es poder encontrar un punto en el que posturas tan encontradas lleguen a un acuerdo sin embargo, la falta de entendimiento ha llevado a la suspensión de la primera sesión plenaria.
Los cetáceos siguen siendo víctimas de los arpones pese a la moratoria a la caza comercial que entró en vigor en 1986 y que podría ser levantada 25 años después de su puesta en marcha pese a que los conservacionistas alertan de la extrema situación de peligro que viven ciertas especies de ballenas.
El vicepresidente de la CBI, Anthony Liverpool, de Antigua y Barbuda, declaró hoy en la apertura que los países mantienen "posturas claramente divergentes" sobre zonas de captura, comercio internacional y cuotas, por lo que apeló a la cooperación de todos los países de aquí hasta el próximo viernes.
Por ello, la cita en Agadir supondrá una oportunidad para que los partidarios de la caza, como Noruega, Rusia, Dinamarca, Islandia y Japón, y los conservacionistas, liderados por Latinoamérica y Australia, acerquen sus posturas, así como para que se plantee la creación de una nueva reserva de ballenas en el Atlántico Sur.
Arpones 'científicos'
La Comisión Ballenera Internacional, creada en 1946 para regular la caza de ballenas aprobó en 1986 una moratoria que impide su caza salvo para "fines científicos".
Desde 1985 Islandia ha cazado ballenas amparandose en la denominada "caza científica", utilizada por otros países como Japón y Noruega para saltarse las leyes internacionales que prohíben la caza de ballenas.
Japón ha aprovechado el vacío legal que existe y mantiene un polémico programa de capturas que escapa al control de la CBI.
En Agadir se discutirá una propuesta que plantea dar el visto bueno a que Japón cace un cierto número de ballenas con fines comerciales, bajo estricto control de la Comisión Ballenera, a cambio de que reduzca sus capturas en el Antártico.
“La flota nipona caza cerca de un millar de cetáceos cada año“
Actualmente la flota ballenera nipona captura cerca de un millar de cetáceos en aguas antárticas cada año, aunque en el año fiscal 2009 (que concluyó el pasado marzo) sólo pudo cazar la mitad porque los sabotajes de activistas medioambientales le impidieron cumplir su objetivo.
Japón ha amenazado en varias ocasiones anteriores con abandonar este organismo creado en 1946, cuando las ballenas parecían al borde de la extinción por la caza indiscriminada.
La moratoria comercial se impuso 40 años después, aunque no la respaldaron ni Islandia ni Noruega, que junto con Japón son los países que siguen cazando estos cetáceos.
Los desacuerdos en el seno de la CBI han hecho que apenas se haya avanzado en ninguna cuestión práctica en los últimos veinte años, una situación con la que la nueva propuesta pretende terminar.
La Antártida se queda sin ballenas
Los mares que rodean a la Antártida han perdido casi la totalidad de sus poblaciones de ballena azul en el último siglo, en el que estas aguas han pasado de albergar más de 200.000 a sólo 2.300 de estos cetáceos.
Así lo advierte la organización conservacionista WWF en el informe que ha presentado con motivo una nueva reunión de la Convención Ballenera Internacional.
Bajo el título "Salvemos las ballenas, salvemos el océano Antártico", el estudio revela lo reducidas que se encuentran las poblaciones de varias especies de ballenas del hemisferio sur.
Tras la muerte de 725.000 rorcuales comunes a manos de los buques balleneros, la especie está inscrita actualmente dentro de la "Lista roja" de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como "amenazada".
Para WWF, el informe desmuestra la importancia de prevenir la caza de ballenas en el océano Antártico para asegurar la recuperación de las poblaciones de ballenas en el hemisferio sur.
"Si se reabre la caza de ballenas en este santurario antártico, se dispara la posibilidad de que desaparezcan de los mares de muchos otros países en África, Oceanía, las islas del Pacífico y Sudamérica", alerta la ONG.