Guía básica para no desentonar en San Fermín
- Cada año, el 6 de julio a mediodía el 'chupinazo' marca el inicio de las fiestas
- Los encierros, del 7 al 14 de julio, comienzan a las 8.00 de la mañana
- Encontrar alojamiento o mesa sin reserva previa resulta casi imposile
- Sigue los Sanfermines en RTVE.es
El 6 de julio a las 12.00 del mediodía, el 'chupinazo' marcará el inicio de San Fermín 2012, en los que Pamplona recibirá, como cada año, a unos dos millones de visitantes de todo el mundo vestidos de blanco y con un pañuelo rojo al cuello para no desentonar con los 'mozos' locales. Unos y otros correrán delante de los toros durante una semana en honor al patrón de Navarra.
Por delante, autóctonos y visitantes tendrán siete días de fiesta ininterrumpida sanferminera, con los encierros como punto cumbre de cada día, que se celebran desde el día 7 hasta el 14 a las 8.00 de la mañana. Cualquier persona que lo desee puede participar en ellos, pero son peligrosos, por lo que es conveniente informarse previamente y actuar con prudencia, tanto por la seguridad propia como por la del resto de corredores.
El comienzo del recorrido tiene lugar en la cuesta de Santo Domingo, considerado uno de los tramos más peligrosos al salir los toros a gran velocidad y porque según avanzan hacia el ayuntamiento no hay ningún tipo de refugio. Tras la curva de los Mercaderes, en la emblemática calle Estafeta, las reses comienzan a estar más cansadas pero el riesgo permanece porque suele haber animales sueltos. Otro lugar peligroso es el estrecho 'callejón' para entrar a la plaza de toros, donde las aglomeraciones y la velocidad pueden resultar fatales.
Si se es inexperto o se está bajo la influencia del alcohol, la mejor opción sin duda será ver a los morlacos desde la barrera, donde habrá que estar a las 6.30 de la mañana para coger un buen sitio.
El Riau-Riau, gigantes y concursos
Los Sanfermines ofrecen un amplísimo programa de actos, tanto oficiales como extraoficiales. Entre estos último está el Riau-Riau, que nació en 1914 con un carácter de protesta hacia la autoridad y durante muchísimo tiempo abría las fiestas. Los mozos trataban de impedir el avance de los ediles en su marcha a pie desde el Ayuntamiento hasta la iglesia de San Lorenzo al ritmo del Vals de Astráin, pero graves incidentes provocados por un grupo radical en 1991 hizo que se suspendiese su carácter oficial.
Otro de los atractivos, sobre todo para los más pequeños, es la Comparsa de Gigantes y Cabezudos, 25 figuras de cartón piedra que cada mañana recorren el centro de la ciudad. También, y sólo una vez al año, cada 7 de julio, la imagen de San Fermín recorre en procesión las calles del casco Antiguo de la Ciudad poco antes de las 10.00 horas.
A estos actos se suman concursos de todo tipo que reparten más de 35 premios, como la elección del cartel de las fiestas -que este año ha ganado el diseñador David Alegría con 'Te quiero en San Fermín', con una imagen desafiante de 'Caravinagre'- o el reconocimiento al extranjero más 'entregado'.
Cualquier día de los siete de fiesta comienza con las Dianas, sones musicales interpretados por bandas de gaiteros y por la banda municipal de música, cuyo fin principal era, y es, despertar a la población y anunciar que comienza un nuevo día festivo.
Comer, beber y dormir en Sanfermines
Si acudes a Pamplona en Sanfermines sin reservar el alojamiento previamente, es muy probable que tengas que acabar durmiendo en la calle. Mucha gente lo hace sobre el cesped de los parques de la ciudad. También puede resultar difícil encontrar cajeros automáticos con efectivo en el 'foco' de la fiesta.
Pamplona cuenta con un gran número de bares, en el Casco Viejo incluso puedes encontrar comercios como panaderías o carnicerías transformados para la ocasión. Pero lo tradicional es beber en la calle 'catxis' de 'kalimotxo', es decir, vino tinto barato mezclado con refresco de cola servido en un vaso de plástico de gran tamaño.
Para las comidas, muchos locales amplían su horario de atención al público ante el volumen de gente. Los lugares más económicos están siempre llenos, sobre todo durante el fin de semana. Entre las 6.00 y las 11.00 de la mañana un lugar con mucha cola cerca de la curva de mercaderes es La Mañueta, un establecimiento del siglo XIX que sólo abre 14 días al año y cuyos tradicionales churros, dicen los entendido, son "únicos en el mundo".
La leyenda de San Fermín
El patrón de las fiestas pamplonesas es fruto de una historia falsa, según los expertos. Cuenta la leyenda -similar a la de otros santos- que San Fermín fue hijo de un importante jefe romano que, convertido al cristianismo por un obispo, se trasladó a Amiens (Francia). Acabó torturado y degollado y, aunque sus restos descansan en la localidad francesa, hay muchos trozos repartidos por ahí como reliquias. Pamplona conserva tres.
Lo que sin duda no es leyenda es la fiesta de carácter internacional a la que ha dado lugar, un protagonismo mundial que sin duda hay que agradecerle al escritor estadounidense Ernest Hemingway.
La noche del día 14 y tras 204 horas de fiesta, los pamplonenses se citan en la Plaza Consistorial con velas encendidas y, tras quitarse el pañuelo rojo del cuello, entonan el "Pobre de mí", que marcan el final de los actos y el deseo común de que el próximo 6 de julio llegue pronto.