Cerca de 5.000 refugiados vuelven a Kirguizistán, donde el balance es ya de 251 muertos
- La mayoría han regresado a pueblos abrasados por el fuego
- El próximo 27 de junio el gobierno interino celebra un referéndum
Ver también: ¿Qué ocurre en Kirguizistán?
Miles de refugiados que habían huido a Uzbekistán para evitar los disturbios étnicos han regresado a sus casas, la mayoría destruidas o quemadas, en Kirguizistán.
Funcionarios militares en Uzbekistán, donde 100.000 personas de la etnia uzbeka se refugiaron tras tres días de sangrientos enfrentamientos, han informado que cerca de 5.000 refugiados han regresado a Kirguizistán voluntariamente, aunque muchos entre lágrimas.
La ciudad de Osh, a 10 kilómetros de la frontera y el epicentro de la violencia, todavía no ha vuelto a la normalidad. Este lunes las fuerzas de seguridad irrumpieron en los barrios uzbekos en busca de armas a falta de una semana para el referéndum previsto por el gobierno interino para el próximo 27 de junio.
La presidenta interina, Rosa Otunbayeva, que asumió el poder después de una revuelta que derrocó al presidente Bakíev, necesita el referéndum constitucional como un trampolín hacia las elecciones presidenciales y parlamentarias.
La ONU teme un rebrote de la violencia
Sin embargo, la ONU teme que esta consulta reanime las hostilidades entre grupos kirguises y uzbekos. "Esperamos que el referéndum no provoque un nuevo brote de violencia", ha declarado la portavoz de la Oficina de Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas (OCHA), Elizabeth Byrs.
Entretanto, Naciones Unidas mantiene sus cifras de 300.000 desplazados internos y 100.000 víctimas de la violencia que lograron cruzar a la vecina Uzbekistán, donde hay medio centenar de emplazamientos en los que los refugiados se han instalado.
Según el último infore de víctimas ofrecido este martes por el Ministerio de Sanidad kirguís, al menos 251 personas murieron en los choques étnicos y en las regiones de Osh y Jalal-Abad resultaron heridas 2.192 personas, 1.033 de las cuales fueron hospitalizadas, informó la agencia.
EE.UU. y Rusia, que operan en bases aéreas militares en Kirguizistán, considera que las tensiones podrían extenderse a otras partes de Asia Central, una región de la antigua Unión Soviética e importante ruta de tráfico de drogas cerca de Afganistán.
La violencia comenzó el 10 de junio con ataques coordinados por individuos no identificados con pasamontañas y rápidamente dio lugar a violentos enfrentamientos entre los grupos étnicos de Uzbekistán y Kirguistán.
El Ejército amenaza a las familias uzbekas
Las familias uzbekas, que fueron el principal objetivo de los ataques, han denunciado que las tropas estatales, compuestas principalmente por soldados kirguises, hicieron poco por protegerles e, incluso, en algunos casos participaron en los ataques.
En Dekhkan Kishlak, un suburbio de Osh, los habitantes se han quejado de que las fuerzas de seguridad les habían golpeado y robado sus joyas y dinero.
"Nos dijeron que, si todavía estamos aquí dentro 10 días, nos colgarán de los postes de luz", ha asegurado Karima, de 34 años, madre de tres hijos.
Varias mujeres han afirmado que los hombres armados que se identificaron como las fuerzas de seguridad irrumpieron en el distrito, les golpearon con las culatas de rifle y les robaron los sacos de harina que les habían sido entregados como ayuda humanitaria.