El Príncipe Alberto de Mónaco anuncia su compromiso con la nadadora Charlene Wittstock
- Se convierte en el último soberano europeo que deja la soltería
- Ambos mantienen una relación desde 2006 y se llevan 20 años
- Alberto cultivó una imagen de playboy hasta que accedió al trono en 2005
El príncipe Alberto II de Mónaco, de 52 años, ha anunciado su compromiso con la nadadora olímpica sudafricana Charlene Witttstock, de 32, en un comunicado enviado a los medios de comunicación en el que no se concreta la fecha del enlace.
Alberto, que ha estado relacionado con una serie de mujeres bellas y conocidas -entre ellas Brooke Shields, Claudia Schiffer o Tasha de Vasconcelos- y ha tenido que soportar rumores sobre su sexualidad durante años, se convierte así en el último soberano europeo que abandona la soltería tras la boda de la heredera al trono sueco, la princesa Victoria, el pasado sábado.
La pareja ha mantenido su relación desde hace al menos cuatro años y fue durante la ceremonia de los Juegos Olímpicos de Invierno en Turín en 2006 cuando se les vio por primera vez juntos en público.
Al parecer la ex nadadora y el príncipe ya se conocían desde el año 2000, cuando ella participó en un campeonato de natación celebrado en el Principado y donde ganó la medalla de oro en la prueba de 200 metros espalda.
Dos hijos ilegítimos
Tras la muerte de su padre, el príncipe Rainiero, en 2005, Alberto abandonó esta imagen de 'playboy' y comenzó una relación con Wittstock, quien representó a su país en los Juegos Olímpicos de Sydney.
Alberto II tiene dos hermanas, Carolina y Estefanía, y todos son hijos de el príncipe Rainiero y de la actriz estadounidense Grace Kelly. La dinastía Grimaldi, a la que pertenecen, reina en el Principado desde hace siete siglos.
El príncipe ha reconocido a dos hijos nacidos de relaciones esporádicas, Alexandre Eric Stéphane, nacido el 24 de agosto de 2003 en París, y Jazmin Grace Rotolo, nacida en 1992, pero ninguno de ellos tiene derechos sucesorios, al haber nacido fuera de un matrimonio católico, como exige la ley del Principado. Por lo tanto, un posible hijo de Alberto II y su próxima esposa se convertiría en el heredero.