De poderoso 'lobbysta' en Washington a pizzero por 7 euros la hora
- Abramoff acaba de salir de prisión, tras cumplir una pena de tres años y medio
- Fue declarado culpablede fraude, evasión fiscal y conspiración
De pertenecer a un poderoso 'lobby' en Washington, el ex trader Jack Abramoff ha pasado a trabajar en una pizzeria judía por 7 euros a la hora. Que tampoco está mal en tiempos de crisis, pero probablemente no es lo que este lobbysta judío imaginó cuando se codeaba con el mismísimo ex presidente George Bush y la alta élite republicana hace tan sólo 4 años.
Abramoff comenzó este lunes a trabajar en Tov Pizza, después de salir en libertad de la cárcel de Maryland, donde ha cumplido una condena de tres años y medio por fraude, corrupción y conspiración, según informa el diario The Guardian.
El propietario de la pizzería, Ron Rosenbluth, está encantado con Abramoff -quien está familiarizado con el sector gracias a que regentó un restaurante en otro tiempo- y defiende que no tiene nada que ver con "el monstruo que se nos ha retratado".
Cuando la gente le pregunta por qué le contrató, Rosenbluth les contesta "¿Y por qué no le iba a contratar? Él ya está pagando su deuda con la sociedad, ¿no?".
"Todos los judíos estamos en el mismo equipo. Estoy muy feliz de ayudar a un judío de la única manera que puedo hacerlo", ha declarado el nuevo jefe de Abramoff, quien, de acuerdo con sus ex compañeros de prisión, daba charlas diarias basadas en la Toráh (libro sagrado del judaísmo) a los reclusos judíos.
Línea directa con la Casa Blanca
El escándalo de Abramoff ayudó al Partido Demócrata a recuperar el Congreso, mientras los republicanos se vieron afectadas por las acusaciones de corrupción política. Abramoff se declaró culpable en enero de 2006 de fraude, evasión fiscal y conspiración para sobornar a funcionarios públicos con regalos.
Abramoff tenía comunicación directa con la Casa Blanca e influyó en varias decisiones clave, según un informe del Congreso de 2008.
El informe revelo que entre Abramoff y Bush habían existido al menos seis encuentros, cuatro más de los que la Casa Blanca reconoció en su intento por ocultar cualquier tipo de vínculo con el 'lobbysta' y su grupo de presión.