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La Justicia alemana "legaliza" el suicidio asistido si lo autoriza el paciente

  • Sus cuidadores deberán dejar de ofrecerle cualquier soporte vital
  • Esta sentencia absuelve a un abogado por aconsejar la eutanasia a su cliente

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El Tribunal Supremo alemán ha dictaminado que ayudar a una persona a morir no es un delito si la persona moribunda así lo ha querido, en una fallo histórico sobre el suicidio asistido.

La decisión del tribunal, tras años de debate en Alemania sobre el tema de la eutanasia, absuelve a un abogado que fue condenado el año pasado de intento de homicidio por recomendar a su cliente aplicar la eutanasia pasiva a su madre, en coma desde hacía años.

El abogado apeló la sentencia, lo que ha llevado al tribunal a dirimir que aquellos personas que cuiden de un paciente que desea acabar con su vida, deben dejar de suministrarle cualquier soporte vital.

Según los medios de comunicación, la anciana había comunicado a su hija que no quería que su vida fuera prolongada artificialmente antes de que ella entrara en coma por una hemorragia cerebral en 2002. El problema estribaba en que no había constancia escrita de este deseo.

Actuando por consejo del abogado, la mujer cortó el tubo gástrico que mantenía a su madre con vida. Los facultativos de la clínica de Bad Hersfeld (centro de Alemania) descartaron suspender el tratamiento y finalmente consiguieron reanimar a la anciana, que falleció meses después. 

La eutanasia activa, un tabú en Alemania

El Tribunal Supremo invalida así una sentencia previa de la Audiencia Provincial de Fulda que condenó al abogado a nueve meses de libertad condicional.

Tanto la defensa como la acusación habían pedido al BGH que absolviera al acusado del cargo de intento de homicidio.

La sentencia establece la primacía de la voluntad del paciente, frente a las recomendaciones médicas, en el caso de que éste desee que no se prolongue su vida artificialmente.

El caso de la eutanasia activa es un debate polémico y hasta tabú en Alemania, fruto de las rémoras del nazismo, que orquestó la muerte de minusválidos psíquicos y físicos, y de enfermos de dolencias como la epilepsia, en aras de la purificación de la raza germana.