Pesimismo en Israel por el soldado Shalit, en manos de Hamás desde hace 4 años
- Su liberación parece improbable tras el fracaso de las últimas negociaciones
- Sus padres denuncian que el alivio del bloqueo a Gaza ha sido "decepcionante"
- Hay previstas varias marchas en todo el mundo para reclamar su liberación
"Vuestro hijo se encuentra desaparecido y se cree que pueda estar retenido en la Franja de Gaza". Desde esta comunicación oficial de la Defensa israelí han pasado cuatro años, dos guerras, y cientos de momentos en los que la angustia y la desesperación se ha alternado con la esperanza y el optimismo.
Para los padres del soldado israelí Gilad Shalit, este viernes no es un día cualquiera. Es el cuarto aniversario del secuestro de su hijo y nadie mejor que ellos saben que cada año que pasan sin Shalit, las posibilidades de que regrese a casa sano y salvo languidecen. Sin embargo, sacan fuerzas de flaqueza y retoman la lucha una vez más.
"Esta vez es diferente", dice Noam Shalit, padre de Gilad. "Hemos dicho que no permitiríamos pasar un año más sin Gilad, y eso es lo que pretendemos hacer en esta ocasión. No volveré a casa sin Gilad", afirma, a dos días de que la familia inicie una marcha a Jerusalén, en la campaña más difícil pero también esperan que la definitiva.
Israel alivia el bloqueo a Gaza
Shalit fue secuestrado el 25 de junio de 2006 -cuando tenía 23 años y rango de sargento- en el límite de la Franja de Gaza en una operación reivindicada por las brigadas Ezedin Al Qasam, brazo armado del movimiento radical Hamás y otros dos grupos armados palestinos.
El Gobierno israelí indicó en muchas ocasiones que el Estado hebreo mantendría el bloqueo de Gaza, impuesto en 2007 para presionar al movimiento Hamás que controla el enclave, hasta que Shalit sea liberado.
Ante las presiones de la comunidad internacional tras el asalto a la Flotilla de la Libertad el pasado 31 de mayo por lo que consideran un "castigo colectivo", las autoridades israelíes acaban de anunciar una flexibilización del bloqueo, que afecta a 1,5 millones de habitantes de Gaza.
Una decisión que ha decepcionado a la familia del joven militar. Es "una decepción y una impresión muy dura enterarse de que el primer ministro (Benjamin Netanyahu) aceptó las presiones internacionales sin tomar en cuenta a nuestro hijo", se lamenta el padre del joven, Noam.
Lazos amarillos en señal de protesta
El pueblo de Mitzpeh Hila, donde vive la familia de Shalit, apenas ha cambiado en cuatro años. Ahora hay más presencia de los medios de comunicación, que también tienen un importante papel en el conflicto, y los niños que abarrotaban las calles en 2006 ya son adolescentes que entienden al importancia de unirse en la lucha para traer al soldado a casa.
Lazos amarillos aparecen a atados en todos los rincones posibles, en las calles, en los arbustos y sobre todo en la casa de Shalit. No serán cortados hasta que el joven vuelva a casa.
"La mayoría de los israelíes va a ponerse un lazo amarillo en los próximos días", afirma una activista de la campaña que promueve la liberación de Shalit. "Esta será la última vez que atemos lazos, porque ahora sí que va a volver", asegura otra.
El abuelo de Gilad, Tzvi Shalit, de 86 años, mantuvo un encuentro de tres horas el martes con Netanyahu, al cabo del cual declaró que no era "optimista". Exhortó al primer ministro a "salvar a Gilad para traerlo a casa".
Noam Shalit ha denunciado"el fracaso del Gobierno actual en los esfuerzos para traer a casa a mi hijo". "Cuatro años, dos primeros ministros, dos ministros de Defensa, dos jefes de Estado Mayor fracasaron, fracasaron en traer a Gilad", ha declarado.
Fracaso de las negociaciones
Israel y Hamás se echan la culpa mutuamente del fracaso de las últimas negociaciones sobre un intercambio de prisioneros, en las que Egipto medió junto a un enviado alemán y que quedaron en nada en diciembre pasado.
El movimiento islamista exige la liberación de un millar de palestinos detenidos por Israel, entre ellos algunos responsables del brazo armado acusados de estar implicados en atentados.
Hamas, que no autorizó ninguna visita de la Cruz Roja a su prisionero, transmitió dos cartas suyas, un mensaje de audio en 2007 y un vídeo en octubre de 2009, en el que parecía lúcido.
En abril pasado, un dibujo animado de propaganda difundido por la página de internet de las brigadas Al Qasam mostraba a un Noam Shalit envejecido recibiendo el féretro de su hijo, dando a entender que el soldado israelí podría morir en cautiverio si no se concluía ningún intercambio de prisioneros.
No importa cuánto tiempo más tengan que esperar. La familia de Shalit continúará haciendo campaña en Israel y en el extranjero para obtener la liberación del joven, que también tiene nacionalidad francesa. Miles de personas participaron el martes en una manifestación de apoyo en París y este jueves se realizó un movimiento similar en Roma, con la presencia de Noam Shalit.