Zapatero llega al G-20 para defender el sistema financiero español y sus planes de austeridad
- El avión de Zapatero ha aterrizado en Toronto pasadas las 22.00 horas
- España va como invitada tras las citas de Washington, Londres y Pittsburg
- El presidente defenderá la publicidad de las pruebas de solvencia de los bancos
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha llegado este sábado a las 16.45 hora local (22.45 hora peninsular en España) a Toronto acompañado de la vicepresidenta económica, Elena Salgado, para asistir a la cumbre del G20, donde defenderá la solvencia del sistema financiero español y sus sistemas de control.
Tras ser recibido en el aeropuerto por el secretario de Estado canadiense para las Américas, Peter Kent, y por el embajador de España en Canadá, Eudaldo Mirapeix, su primera cita en la cumbre será la cena que ofrece a todos jefes de Estado y de Gobierno el primer ministro canadiense, Stephen Harper.
España vuelve a participar en ella como invitada, tras las citas de Washington, Londres y Pittsburg (EEUU), ya que no forma parte oficialmente del grupo de las potencias económicas y de los principales países emergentes.
Como ya hizo en el último Consejo Europeo tras comprobar cómo rumores y especulaciones sobre la salud de la economía española alteraban los mercados, Zapatero defenderá la publicidad de las pruebas de resistencia que examinan la solvencia de las entidades financieras y en las que los grandes bancos españoles, como el Santander y el BBVA, han obtenidos las más elevadas calificaciones.
La información y la transparencia, sostiene el Ejecutivo, deben contribuir a combatir los rumores infundados sobre la salud de la economía.
Zapatero intentará demostrará la salud financiera del país y pondrá en valor el modelo de supervisión del Banco de España y el sistema de los fondos de garantía de depósitos con el que bancos, cajas y cooperativas deben afrontar eventuales crisis.
Tasa bancaria
Según estiman en el Gobierno español, éste podría ser uno de los modelos para la tasa bancaria que quiere establecer la UE y que los socios comunitarios defenderán ante el G20, aunque ya cuentan con la oposición de países como Canadá.
Los europeos también se enfrentarán a EEUU con sus planes de consolidación fiscal, ya que el presidente Barack Obama ha avisado de que la prioridad debería ser impulsar el crecimiento, ante el riesgo de que una rápida retirada de las medidas de estímulo prolongue la crisis.
Zapatero tendrá ocasión de exponer sus planes de consolidación fiscal, los recortes aplicados y el impacto previsto en el crecimiento.
Por el momento, el Gobierno español no ha conseguido recabar el apoyo de la oposición a la reforma laboral y a su duro plan de ajuste, que incluye la congelación de las pensiones no contributivas y el recorte del salario de los funcionarios, pero sí ha logrado el aval de sus socios europeos y el respaldo Obama.
Consejo Europeo de apoyo a Zapatero
Los líderes de la UE y las instituciones comunitarias mostraron públicamente su apoyo al programa de Zapatero hace diez días, en el último Consejo Europeo, y Obama le telefoneó con el mismo objetivo.
Los recortes aplicados en España, le dijo Obama, son "difíciles, pero necesarios" y permiten compatibilizar la reducción del déficit público con políticas de apoyo al crecimiento económico.
El Gobierno de Zapatero ha reconocido que el ajuste hará más lenta su recuperación y, aunque mantuvo la previsión de caída económica del 0,3% para este año, rebajó las estimaciones de crecimiento de los tres siguientes: el 1,3% para 2011, el 2,5% para 2012 y el 2,7% para 2013.
Es en ese último año cuando España se ha comprometido a situar su déficit público en el 3%, como establece el Plan de Estabilidad y Crecimiento europeo.
Al margen de los debates previstos, el Ejecutivo español ya ha señalado que no espera ningún acuerdo concreto en esta cumbre del G-20, ya que se sigue cumpliendo el calendario establecido en citas anteriores para la reforma del sistema financiero internacional.
Zapatero participará el domingo en las sesiones plenarias y después regresará a España, que en sólo tres días cederá a Bélgica la presidencia rotatoria de la UE.