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El TC avala el preámbulo del Estatut pero recuerda "la indisoluble unidad de la nación española"

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El Tribunal Constitucional ha decidido avalar, con seis votos a favor y cuatro en contra,  el preámbulo del Estatuto de Cataluña pero con dos importantes matices: la sentencia señala que este precepto carece de eficacia jurídica y recuerda "la indisoluble unidad de la nación española" consagrada en la Constitución.

El preámbulo, en su punto A, indica que "el autogobierno de Cataluña se fundamenta en la Constitución, así como en los derechos del pueblo catalán que, en el marco de aquélla, da origen en este Estatut al reconocimiento de una posición singular de la Generalitat".

En su apartado B, señala que "el Parlamento de Cataluña recogiendo el sentimiento y la voluntad de la ciudadanía de Cataluña,  ha definido de forma ampliamente mayoritaria a Cataluña como nación. La Constitución Española, en su artículo segundo, reconoce la realidad nacional de Cataluña como nacionalidad".

Seis votos a favor y cuatro en contra

Fuentes del Constitucional han señalado que la decisión sobre el preámbulo ha sido adoptada con seis votos a favor, los de los magistrados conservadores Javier Delgado, Vicente Conde, Jorge Rodríguez Zapata, Ramón Rodríguez Arribas y el vicepresidente, Guillermo Jiménez, un bloque al que se ha sumado el progresista Manuel Aragón.

Los cuatro magistrados que han votado en contra de esta decisión han sido la presidenta, María Emilia Casas, y los progresistas Elisa Pérez Vera, Eugeni Gay y Pascual Sala.

El preámbulo no se modificará

Así, según reza el fallo del Constitucional, "carecen de eficacia jurídica interpretativa las referencias [...] a 'Cataluña como nación' y 'a la realidad nacional de Cataluña'". 

Un preámbulo que quedaría sin embargo, tal y como aparece en el texto original:

"Cataluña ha ido construyéndose a lo largo del tiempo con las aportaciones de energías de muchas generaciones, de muchas tradiciones y culturas, que han encontrado en ella una tierra de acogida.

El pueblo de Cataluña ha mantenido a lo largo de los siglos una vocación constante de autogobierno, encarnada en instituciones propias como la Generalitat -que fue creada en 1359 en las Cortes de Cervera- y en un ordenamiento jurídico específico recogido, entre otras recopilaciones de normas, en las «Constitucions i altres drets de Catalunya». Después de 1714, han sido varios los intentos de recuperación de las instituciones de autogobierno. En este itinerario histórico constituyen hitos destacados, entre otros, la Mancomunidad de 1914, la recuperación de la Generalitat con el Estatuto de 1932, su restablecimiento en 1977 y el Estatuto de 1979, nacido con la democracia, la Constitución de 1978 y el Estado de las autonomías.

La libertad colectiva de Catalunya encuentra en las instituciones de la Generalitat el nexo con una historia de afirmación y respeto de los derechos fundamentales y de las libertades públicas de la persona y de los pueblos; historia que los hombres y mujeres de Catalunya quieren proseguir con el fin de hacer posible la construcción de una sociedad democrática y avanzada, de bienestar y progreso, solidaria con el conjunto de España e incardinada en Europa.

El pueblo catalán sigue proclamando hoy como valores superiores de su vida colectiva la libertad, la justicia y la igualdad, y manifiesta su voluntad de avanzar por una vía de progreso que asegure una calidad de vida digna para todos los que viven y trabajan en Cataluña.

Los poderes públicos están al servicio del interés general y de los derechos de la ciudadanía, con respeto al principio de subsidiariedad.

Es por todo ello que, siguiendo el espíritu del Preámbulo del Estatut de 1979, el presente Estatuto asume que:

  • Cataluña es un país rico en territorios y gentes, una diversidad que la define y la enriquece desde hace siglos y la fortalece para los tiempos venideros.
  • Cataluña es una comunidad de personas libres para personas libres donde cada uno puede vivir y expresar identidades diversas, con un decidido compromiso comunitario basado en el respeto a la dignidad de todas y cada una de las personas.
  • La aportación de todos los ciudadanos y ciudadanas ha configurado una sociedad integradora, con el esfuerzo como valor y con capacidad innovadora y emprendedora, valores que siguen impulsando su progreso.
  • El autogobierno de Cataluña se fundamenta en la Constitución, así como en los derechos históricos del pueblo catalán que, en el marco de aquélla, dan origen en este Estatuto al reconocimiento de una posición singular de la Generalitat. Cataluña quiere desarrollar su personalidad política en el marco de un Estado que reconoce y respeta la diversidad de identidades de los pueblos de España.
  • La tradición cívica y asociativa de Cataluña ha subrayado siempre la importancia de la lengua y la cultura catalanas, de los derechos y de los deberes, del saber, de la formación, de la cohesión social, del desarrollo sostenible y de la igualdad de derechos, hoy, en especial, de la igualdad entre mujeres y hombres.
  • Cataluña, a través del Estado, participa en la construcción del proyecto político de la Unión Europea, cuyos valores y objetivos comparte.
  • Cataluña, desde su tradición humanista, afirma su compromiso con todos los pueblos para construir un orden mundial pacífico y justo.

El Parlamento de Cataluña, recogiendo el sentimiento y la voluntad de la ciudadanía de Cataluña, ha definido de forma ampliamente mayoritaria a Cataluña como nación. La Constitución Española, en su artículo segundo, reconoce la realidad nacional de Cataluña como nacionalidad.

En ejercicio del derecho inalienable de Cataluña al autogobierno, los Parlamentarios catalanes proponen, la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados acuerda, las Cortes Generales aprueban y el pueblo de Cataluña ratifica el presente Estatuto."