Carne de animales protegidos en los platos de los europeos
Ciencia al Cubo
El nacimiento de perritos fluorescentes, la muerte de una chimpancé calva, qué son las neuronas espejo, el origen de los ojos azules o por qué nos salen canas. De la mano de América Valenzuela, en 'Ciencia al Cubo' pueden escuchar las historias más variopintas sobre temas científicos de actualidad. Emisión en Radio 5: Lunes a viernes 10:07; Sábados 09:22 / 17:52 / 21:06; Domingos 09:22 / 17:55
Monos, cocodrilos, pangolines, potamoqueros y muchos tipos de roedores se cazan de forma constante para comer en el continente africano. Unas 270 toneladas de esta carne está entrando de manera ilegal cada año en Europa desde África a través del aeropuerto de París.
Son datos de la revista 'Conservation Letters'. Acaba de publicar el estudio con las cifras. Los investigadores que han hecho el estudio aseguran que el material entra ilegalmente no siempre es para consumo personal. Que detrás hay una red bien establecida de venta de esta carne. Se consume en ambientes de lujo. Un mono de cuatro kilos, por ejemplo, cuesta unos 100 euros en Europa. En Camerún se pagan a 5 euros.
Las piezas pequeñas incautadas, como peces o trozos de carne en su mayoría estaban escondidas en cajas con hielo entre el equipaje. Los animales enteros los llevaban dentro de las bolsas de mano, envueltos en plástico. Los investigadores han encontrado cuatro especies protegidas muertas entre los equipajes y trompa de elefante.
El tráfico ilegal de carne de animales salvajes es peligroso. En primer lugar porque estimula la sobreexplotación y la caza de animales protegidos. Y además, al no pasar ningún control de calidad estos animales pueden contagiar enfermedades.
Los investigadores ingleses, franceses y camboyanos, tomaron nota de las incautaciones de carne que se hicieron en el aeropuerto de Charles de Gaulle durante 17 días. De los 134 pasajeros provenientes de diversos países africanos a los que se revisó el equipaje, 9 traían carne de caza ilegal. En total 188 kilos de 11 especies diferentes de monos, cocodrilos y varios tipos de roedores.
Calculan así que solo en el Charles de Gaulle de París entran cada semana 5 toneladas. Admiten que es un estudio hecho en un sitio muy concreto y que 17 días es un periodo de tiempo breve para sacar conclusiones sólidas. Pero las cifras son tan escandalosas que por el momento es más que suficiente para llamar enérgicamente la atención sobre este delito.
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