Los cómics del oeste, la lectura ideal para las calurosas tardes de verano
- El género ha dado obras maestras como 'Blueberry' o 'Gringo'
- Curiosamente los mejores Westerns de papel, son europeos
'Viñetas y bocadillos' es un programa sobre el mundo del cómic dirigido por Victor Gómez y Jesús Jiménez, que se emite todos los sábados y domingos a las 14:37 y a las 21:37 (Radio 5)
La considerada primera película de la historia del cine fue un Western, Asalto y robo de un tren (Edwin S. Porter, 1903) un corto de apenas 10 minutos, que fue un enorme éxito y contribuyó a que el cine se convirtiese en una industria.
A partir de entonces se rodaron numerosos western y los primeros cómics del Oeste aparecieron en los años 20 en la prensa estadounidense, con un éxito notable, con estupendas series, algunas basadas en personajes reales como El joven Bufalo Bill, de Harry O'Neill.
Fred Harman fue un auténtico vaquero que plasmó sus vivencias en la serie Bronc Peeler que terminó por convertirse en uno de los clásicos del género. Iba acompañado por un indio más joven apodado Little Beaver (Castorcito) en un claro precedente de El llanero solitario. El famoso vaquero enmascarado nació en los seriales radiofónicos de los años 30 y no tardó en pasar a los cómics. Pero su gran éxito fue otra serie del oeste, Red Ryder (1938), que llegó a publicarse en 750 periódicos.
Por aquella época se estrenó una película protagonizada por un perro y ambientada en el oeste, se trataba de Rin Tin Tin, gracias al que los hermanos Warner, se salvaron de la quiebra y convirtieron su estudio en uno de los más prósperos. Protagonizó 26 películas y 2 series y vivía en una lujosa mansión. Por supuesto tuvo su propio cómic.
White Boy, de Garreth Price contaba las aventuras de un niño criado por los indios. Y a finales de los 30 dos series se impusieron a las demás, El llanero solitario, que nació en los seriales radiofónicos y no tardó en pasar a los cómics, y King of the Royal Mounted, un cómic sobre la Policía Montada de Canadá, basado en los textos del famoso novelista Zane Grey.
Pero los cómics decayeron junto con las películas del Oeste. Y las mejores series nacieron fuera de Estados Unidos. Es el caso de El sargento Kirk, un desertor del séptimo de caballeria cuyas historias nos contaron, en los 50, el guionista, Hector Oesterheld, y el dibujante Hugo Pratt.
Otro de los grandes es el chileno Arturo del Castillo, poseedor de un estilo muy realista que plasmó en westerns como Randall, Garret, Kendal o Bannister.
También en los 50 destaca el trabajo de Carlos Freixas en Pistol Jim, que consiguió un gran éxito en España y Sudamérica; y el de José Luis Salinas en Cisco Kid, que adaptaba la famosa serie de televisión.
Antes de crear a los 4 fantasticos, Stan Lee y Jack Kirby probaron con cómics como Dos pistolas Kid, editado en españa en los añorados tomos de Vértice, o Radwide Kid, que hace unos años fue el primer vaquero en salir del armario, adelantándose a los de Brokeback Mountain. Por cierto que ambos personajes participaron en una de las sagas más recordadas de Los vengadores, en la que regresaban al oeste, con dibujos de George Pérez.
Curiosamente, los grandes cómics del oeste son, en su gran mayoría, europeos
En los 60 y antes de coronarse como el mejor autor de temas sociales de España, el madrileño Carlos Giménez consiguió uno de sus primeros éxitos con Gringo (Glenát), continuada después por otros autores.
Tex (Planeta DeAgostini) es uno de los cómics más vendidos en Italia desde hace años y narra las aventuras de un oficial de los Rangers de Texas y de su familia. Una serie por la que han pasado grandes dibujantes de todo el mundo.
Muchas de las grandes series del género las pudimos disfrutar en los 80 en la efímera revista Hunter y en su sucesora Kirk, en las que descubrimos obras como Apache de Luis Bermejo, otro de los grandes; Bluebberry, Mc Coy, o Jonathan Cartland.
McCoy es una estupenda serie con dibujos del maestro Antonio Hernández Palacios, uno de los mejores dibujantes españoles que triunfó con sus cómics históricos y con dos grandes títulos ambientados en el far west, este del que os hablamos y Manos Kelly, dos series míticas de gran éxito en toda europa y que le consagraron como uno de los grandes del género.
Jonathan Cartland narra las aventuras de un trampero con estupendos guiones de la fallecida Laurence Harlé, y uno de los mejores dibujantes europeos, Michel Blanc Dumont, cuyo éxito en esta serie le sirvió para dibujar varios álbumes de Blueberry.
Actualmente destacamos la reedición que esta haciendo la editorial Planeta, de dos de las mejores obras de este género, Durango (Planeta DeAgostini), de Yves Swolfs, que reescribe las fórmulas del spaguetti Western con las aventuras de un solitario pistolero que tiene fama de ser uno de los mejores tiradores del oeste, pero que en el fondo tiene un corazón de oro.
Comanche (Planeta Deagostini) es una de las obras maestras del cómic francobelga, obra del autor Greg Hermann, una historia de amor y violencia protagonizada por un personaje llamado Red Dust, que no tiene nada que envidiar a las mejores películas del género. Dos títulos imprescindibles.
Jonah Hex (Planeta DeAgostini) es un antihéroe , con la cara desfigurada, creado por el escritor John Albano y el artista Tony DeZuñiga y publicada por DC Comics, del que se acaba de rodar una película protagonizada por Josh Brolin.
Y no podemos olvidarnos de la vertiente humorística del género que tiene su mayor exponente en Lucky Luke (Planeta Deagostini), el vaquero que dispara más rápido que su propia sombra. Una de las obras maestras del guionista Renee Goscinny, creador también de Axterix y Obelix y Morris, un excelente dibujante. El problema es que, como pasa con Asterix, todos añoramos a Goscinny, verdadera alma del personaje.
También gozan de gran éxito en Francia los Casacas azules, una serie que narra las aventuras de dos soldados de la Unión, en clave de comedia y que en España sólo pudimos disfrutar, brevemente, en los 80.
Y en este somero repaso, no podemos olvidar una obra maestra, Predicador (Planeta Deagostini), de Garth Ennis y Steve Dillon, una amalgama de géneros, sobre todo terror y ciencia ficción, que hunde sus raíces en el western.
Mención aparte merece Blueberry (Norma Editorial)que lleva 47 años cabalgando por el oeste con el elegante trazo de Jean Giroud, más conocido como Moebius. Echamos de menos al creador literario del personaje, Jean Michel Charlier, fallecido en 1989, que escribió las mejores aventuras del personaje, pero la verdad es que Giroud ha sabido mantener el interés del que, para muchos, es el mejor western de la historia del cómic.
Nacido en 1963, en las Páginas de Pilote, al principio la serie se llamaba Fort Navajo y pretendía ser la historia coral de un destacamento de caballeríam, pero enseguida se impuso la personalidad de Mike Donovan, un rudo soldado aficionado al juego, el alcohol y las mujeres, pero un militar íntegro inteligente y osado y cuyo rostro está inspirado en el famoso actor Jean Paul Belmondo, incluyendo su famosa nariz rota.
Uno de los primeros antihéroes del oeste que se adelantaba, por apenas unos meses, a Por un puñado de dólares, la película con la que Sergio Leone revolucionó el spagethi western. en sus aventuras, Blueberry coincide con personajes históricos como el Presidente Ulysses S. Grant, Gerónimo, el General Custer e incluso participa en el duelo más famoso del oeste, el de OK Corral que enfrentó al sheriff Wyatt Earp y Doc Hollyday con los Clampton.
Además Blueberry vivirá un tiempo entre los apaches, siendo amigo del Jefe Cochise. Además de la serie principal, las aventuras de Blueberry se han narrado en otras dos colecciones, Marshall Blueberry y La juventud de Blueberry, que cuentan otras historias del personaje, dos sagas con episodios magníficos dibujadas por el propio Moebius, Colin Wilson y el estupendo Michel Blanc Dumont (Jonathan Cartland).
Como Belmondo estaba ya un poco madurito, Vincent Cassel fue el actor elegido para encarnar a Blueberry en una superproducción rodada en 2004.
En el pasado Salón del Cómic de Barcelona pudimos hablar con Jean Giroud que nos comentó que "tengo pensado un argumento para Bluberry que se ambienta en 1900 y el personaje ya tiene 58 años, pero conserva su fuerza".
En fin, uno de los géneros más apropiados para disfrutar en las calurosas tardes veraniegas y con un puñado de series que se encuentran entre lo mejor del noveno arte.
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