Millet y Montull afirman tras salir de prisión que han pasado "días muy tristes"
- Sin embargo, se han sentido bien tratados por funcionarios y compañeros
- Ambos han evitado valorar su situación judicial tras salir de la cárcel
Los ex responsables del Palau de la Música Jordi Montull y Fèlix Millet han asegurado este miércoles que los trece días que han pasado en la prisión de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), han sido "muy tristes", si bien han indicado que han sido bien tratados por funcionarios y compañeros de prisión.
La juez que investiga las supuestas irregularidades en la tramitación del Hotel del Palau ha decidido dejar a ambos en libertad al considerar que ya no pueden influir en los testigos puesto que ha finalizado la primera ronda de comparecencias. Además, la magistrada ha imputado a dos cargos del Ayuntamiento de Barcelona por esconder "una operación especulativa".
En una breve declaración a los medios de comunicación a las puertas de la prisión, Jordi Montull ha explicado que el recuerdo que quedará en su memoria de estos días es la tristeza que han experimentado en prisión.
No obstante, ha añadido que tanto él como Millet se han sentido bien tratados por los funcionarios y también por los presos con los que han compartido paseos y comidas.
Evitan valorar su situación judicial
Fèlix Millet ha ratificado las palabras de su ex mano derecha en el Palau de la Música y no ha querido realizar ninguna declaración más, ni tan siquiera de su situación judicial, que ha evitado valorar al igual que Montull.
Jordi Montull, que ha contado con el asesoramiento de su abogado, Jordi Pina, ha sido recibido a la salida de la prisión por su esposa, Mercè Mir, y su hija, Gemma Montull, también imputada en el caso del expolio del Palau de la Música.
Millet ha estado acompañado por su esposa, Marta Vallès, pero no ha estado presente su nuevo abogado, del despacho de Piqué Vidal.
Tras esta breve declaración a los periodistas, ambos hombres, vestidos de manera informal, han abandonado con sus respectivas familias y por separado el recinto de la prisión en coches de gama alta, un Mercedes en el caso de Millet y un Nissan Murano, en el de Montull.