Consejos para prevenir la salmonella
Ciencia al cubo
El nacimiento de perritos fluorescentes, la muerte de una chimpancé calva, qué son las neuronas espejo, el origen de los ojos azules o por qué nos salen canas. De la mano de América Valenzuela, en 'Ciencia al Cubo' pueden escuchar las historias más variopintas sobre temas científicos de actualidad. Emisión en Radio 5: Lunes a viernes 10:07; Sábados 09:22 / 17:52 / 21:06; Domingos 09:22 / 17:55
Con el calor del verano no solo llegan los chapuzones en la playa o la piscina, las terracitas de los bares y el buen humor generalizado. También es el momento en el que muchas bacterias, como la salmonella, se reproducen más rápidamente y pueden provocar infecciones.
La salmonella enteriditis es una de las principales bacterias causantes de la salmonellosis. Cuando está en un alimento, como pueden ser huevos, pollo, pescado... y su temperatura es de unos 20 grados centígrados puede duplicar su número cada cuarto de hora. Pero su temperatura óptima para multiplicarse es entre los 30 y los 37 grados. Imaginen entonces la velocidad a la que lo hace.
La bacteria salmonella se identificó como causante de la infección alimentaria hace relativamente poco, a mediados de la década de los ochenta del siglo XX. Se conocía pero no se le había prestado demasiada atención. Hasta, que los brotes de intoxicaciones alimentarias comenzaron a ser cada vez más frecuentes y a afectar a más gente. A partir de ese momento y una vez identificada como causante, las autoridades sanitarias de los distintos países tomaron medidas para minimizar los alimentos portadores de la bacteria, que en su mayoría eran huevos.
Los primeros síntomas de la salmonelosis aparecen entre 12 y 72 horas tras la ingestión de un producto en mal estado. Son diarrea, dolor abdominal, y fiebre. A veces, la diarrea es tan fuerte que el paciente debe ser ingresado para hidratarle vía intravenosa. Y si la infección se extiende hay que recurrir a los antibióticos. La enfermedad suele remitir en el plazo de una semana sin secuelas. Pero hay casos en los que causa la muerte. Normalmente porque no se ha tratado a tiempo y la infección se ha extendido mucho fuera del aparato digestivo.
A pesar de todas las medidas de higiene en la manipulación de alimentos impuestas por las autoridades sanitarias, la salmonella sigue ahí. La inmensa mayoría de los productos están libres de la bacteria pero no todos. Por eso, para asegurarnos un verano feliz es aconsejable extremar la higiene personal y de los utensilios de cocina cuando estamos cocinando. No debemos comer alimentos caducados ni dejar productos lácteos fuera de la nevera más de dos horas. Es importante cocinar bien la carne. Conservar los huevos en el frigorífico y consumir solo los que tengan la cáscara intacta. Y las salsa y mahonesas por supuesto también guardarlas en la nevera y es aconsejable aumentar la cantidad de limón o vinagre en su preparación. En bares y restaurantes, debemos exigir que estas salsas estén preparadas con ovoproductos pasteurizados y no con huevos frescos.
Y un apunte importante: los niños y los ancianos son especialmente sensibles a la infección así que no duden en cumplir estar recomendaciones cuando los alimentos son para ellos.
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