Otunbayéva toma posesión como presidenta de Kirguistán hasta diciembre de 2011

• Rosa Otunbáyeva presidirá Kirguistán hasta el 31 de diciembre de  2011
• Su principal tarea es elevar el potencial económico del  Estado kirguís

La presidenta interina de Kirguistán, Rosa Otunbayéva, toma de posesión de su cargo.

Rosa Otunbáyeva ha tomado este sábado posesión como presidenta de Kirguistán para el periodo de transición hasta el 31 de diciembre de 2011, tal y como lo establece la nueva Constitución, aprobada en referéndum el pasado 27 de junio.

"A partir de hoy Kirguistán comienza una nueva fase política. El pueblo ha elegido hoy una nueva base para edificar un Estado independiente: el sistema parlamentario", ha dicho Otunbáyeva, de 59 años, según ha informado desde Biskek la agencia rusa Interfax.

En su discurso de investidura, Otunbáyeva ha recalcado que la elección de un sistema parlamentario ha sido una opción sopesada, pues -ha explicado- este régimen político es el que más se ajusta al carácter y a las tradiciones del pueblo kirguís.

Otunbáyeva ha subrayado que las nuevas autoridades están dispuestas a "cooperar constructivamente" con todas las fuerzas políticas del país y que su su política apuntará a satisfacer las "necesidades sociales de la población".

La presidenta ha resaltado que la gran tarea que afronta el Estado kirguís es elevar su potencial económico.

La presidenta interina de Kirguistán da por aprobada la nueva Constitución

"Tenemos en propósito de fortalecer la base legislativa para potenciar una economía liberal, para garantizar la propiedad privada y crear todas las condiciones para el desarrollo innovador de la economía", ha dicho.

Otunbáyeva ha agregado que ha llegado la hora de acabar con las políticas contra los derechos de los empresarios, las relaciones de mercado y la actividad privada.

"En este complejo trance histórico espero el respaldo de todo mi pueblo, el apoyo de mis correligionarios políticos y la comprensión de los opositores", ha dicho la presidenta kirguís,

Otunbáyeva ha tomado posesión del cargo tres semanas después los sangrientos choques entre kirguises y uzbekos en el sur del país que se cobraron centenares de víctimas mortales y provocaron la huida de decenas de miles de refugiados.