Gamelab, una feria de contrastes
- Superproducciones y jóvenes desarrolladores se dan la mano en esta Feria
El auditorio del Palacio de Congresos del recinto ferial de Gijón a reventar. No cabe ni un alma. Enric Álvarez, de Mercury Steam, presenta en primicia mundial nuevos niveles de Castlevania: Lords of Shadow. Los asistentes no paran de aplaudir ante uno de los videojuegos más importantes hecho en España.
Al mismo tiempo, en los pasillos de Gamelab, los chicos de Tanoku se pasean con su iPad mostrando demos técnicas de sus juegos. En esta feria de profesionales más que mover el currículum, los futuros creadores de videojuegos enseñan prototipos de futuros proyectos.
A unos metros, unas cuantas personas se concentran en hacer explotar un barril virtual con la mente, mientras los más nostálgicos visitan la exposición dedicada a Shigeru Miyamoto (padre de Mario Bros y al que muchos definen como el Walt Disney de los videojuegos) y otros prueban Playstation Move, el nuevo controlador con sensores de movimiento de la Play 3.
Gamelab 2010 ha sido una feria de contrastes que refleja el prometedor futuro de la industria nacional del videojuego, nos muestra cómo el entretenimiento digital está más vivo que nunca y cómo, sin darnos cuenta, los videojuegos se han colado en la vida cultural de las personas.
Algo parecido afirmaba la Ministra de Cultura hace unos días en rueda de prensa: no se le puede dar la espalda a un fenómeno que está presente a cualquier hora y lugar en la vida de los ciudadanos -un ejemplo, el que quiera puede jugar a Battle of Puppets, ganador del premio al mejor videojuego móvil en esta edición, descargándolo en el iPhone dándole a un simple botón.
“Son un escaparate de cara a la opinión pública y a otras industrias“
Más de 120 empresas de videojuegos anhelan uno de esos premios que Gamelab otorga cada año. Llevarse la "Pulga" a mejor juego del año no hará que las ventas de un videojuego se disparen, pero por fin tienen el prestigio que se merecen estos galardones. Son un escaparate de cara a la opinión pública y de cara a otras industrias culturales.
Y mucho más porque en esta feria a cada minuto, el visitante descubre las otras muchas caras del videojuego y el potencial que lo distancia de otros medios. Es el caso de Siqur, un videojuego muy interesante (o serious game, aquí hay términos para todo) enfocado al aprendizaje de los riesgos laborales, coproducido por empresas de varios países, entre ellas la asturiana Virtway. O One Big Game, videojuegos sin ánimo de lucro y con fines benéficos creados por grandes nombres internacionales de la industria en colaboración con estudios independientes. Los dos han estado en Gamelab 2010.
Juegos para consola -con o sin mandos-, para plataformas móviles -sobre todo iPhone y iPad-, educativos, distribuidos digitalmente o gratuitos para ser jugados directamente desde nuestro explorador. Nuestros creadores de videojuegos cada vez tocan más palos y menos tienen que envidiarle a los prestigiosos ponentes extranjeros que han visitado esta feria.
El anuncio de la futura Academia de las Artes y las Ciencias Interactivas promovido por Gamelab no es pura casualidad, sino una necesidad para impulsar los videojuegos españoles y volver a plantar cara más allá de nuestras fronteras, como ya ocurrió hace 25 años -lo que muchos recuerdan como la Edad de Oro de nuestros videojuegos (sin olvidar la saga Commandos, y el reciente éxito europeo de Invizimals).
Un año más, Gamelab sigue creciendo y tomando forma. ¿Quién sabe? Puede que algún día nos sorprendan con el anuncio del Premio Nacional del Videojuego.