Sarkozy fuerza la dimisión de dos secretarios para salvar a su ministro de Trabajo
- Uno usó un jet privado y otro cargó puros a las arcas públicas
- Los analistas creen que son un dique para salvar al titular de Trabajo
- Woerth está salpicado por sus relaciones con la dueña de L'Oreal
¿Dos dimisiones de dos secretarios de Estado equivalen a la de un ministro? Ésa es la pregunta que se plantean este lunes la mayoría de los analistas políticos en Francia, donde todos coinciden en que el presidente galo, Nicolás Sarkozy, ha tratado de salvar al titular de Trabajo, Eric Woerth, presionado por sus lazos con el caso L'Oreal, forzando la salida de Alain Joyandet y Christian Blanc, acusados de tener gastos abusivos en sus cargos.
"Si las historias siguen saliendo a la luz cada día, sean verdaderas o falsas, será muy difícil para él mantenerse en el cargo", ha considerado una fuente del partido del Gobierno, Unión por la Mayoría Presidencial (UMP).
"Ahora el dique ha caído. Esto realmente debilita a Woerth", ha reconocido.
Woerth está sometido a fuertes críticas después de conocerse sus lazos con Liliane Bettancourt, la máxima accionista de L'Oreal y la mujer más rica de Francia.
En concreto, su esposa trabajó para ella y le ayudó a llevar su fortuna hasta que dimitió la pasada semana tras conocerse unas conversaciones en las que se sugiere que ayudó a la multimillonaria a evadir impuestos.
Tesorero, ministro y esposo de una empleada de Bettancourt
Los medios de comunicación han puesto de relieve el potencial conflicto de intereses entre el papel de Woerth como tesorero del partido, donde tiene que buscar donaciones de activistas ricos como Bettancourt, y su misión como ministro de Presupuesto, que desempeñó hasta principios de año, y en la que estaba encargado precisamente de luchar contra la evasión fiscal.
La oposición socialista y verde consideran que el sacrificio de los dos secretarios de Estado es una treta de Sarkozy para desviar la atención de Woerth.
Pero, como señala el analista de encuestas Jerome Sainte-Marie, las dos salidas ponen a Woerth en una posición aún peor.
"Esto pone a Woerth en la línea de fuego y hace su permanencia en el Gobierno hasta que se produzca el voto de la reforma de pensiones más y más costosa políticamente", ha recalcado.
Sarkozy aseguró la pasada semana que no haría un cambio de gobierno hasta octubre, cuando la reforma de pensiones -la principal medida que tiene que impulsar el discutido Woerth- haya pasado por el parlamento.
Esta decisión desató la crítica unánime de los medios, que consideraban que dejar durante meses a ministros tocados por los escándalos era insostenible.
Dimisiones
Joyandet dejó el cargo tras conocerse que contrató un jet privado a cargo de fondos públicos para ir a una conferencia a una isla francesa en el Caribe. Blanc, antiguo dirigente de Air France, fue forzado a dimitir por encargar putos habanos a cargo del contribuyente.
Sin embargo, ninguno de ellos es un peso político y, como medida de ahorro, ninguno será sustituido.
La salida de estos dos secretarios de Estado trata de frenar esa indignación, que ha contagiado ya a los ciudadanos. Por ejemplo, el nivel de aprobación de Sarkozy ha caído al mínimo histórico del 26% mientras el apoyo a la mayoría de los ministros, incluido Woerth, ha caído en picado.
Otra encuesta publicada este lunes muestra que el 64% consideran que los líderes políticos son "bastante corruptos" y que el 60% está "impresionado" por el hecho de que Woerth fuese ministro de Presupuesto -cargo que ocupó antes de llegar a la cartera de Trabajo- y tesorero del partido de Sarkozy.