Marsans, desahuciada de su sede central por no pagar el alquiler

Impago del alquiler desde noviembre

Union Investment había reclamado desde principios de este año el pago de las rentas del alquiler, ya que Marsans dejó de abonarlas en noviembre de 2009, cuando aún era propiedad de Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual.

El juicio se celebró el pasado 25 de junio, sin que Marsans -adquirida el 9 de junio por la sociedad Posibilitum Bussines, dedicada supuestamente a salvar empresas en crisis- se presentara a la vista.

Después de que Posibilitum comprara la empresa, otro juzgado de Madrid ha declarado el concurso de acreedores necesario (antigua suspensión de pagos) para el grupo turístico, aunque ha permitido a los actuales dueños continuar al frente de la gestión, bajo supervisión de un equipo de administradores concursales.

El fondo con sede en Hamburgo adquirió el edificio en diciembre de 2008, a través de una operación de venta y posterior alquiler, que permitía a Marsans embolsarse 115 millones por la venta y permanecer como arrendatario durante un período inicial de 8 años. Ahora, el fondo alemán tendrá que reclamar dicha deuda en el concurso de acreedores.

El inmueble, situado en el parque empresarial madrileño del Campo de las Naciones, cuenta con una superficie de más de 21.000 metros cuadrados que, según las consultoras inmobiliarias, podría comportar un alquiler superior a 600.000 euros mensuales.

Los nuevos dueños quieren una sede más barata

Los nuevos dueños de Marsans han asegurado a EFE que ya habían planeado cambiar de sede antes de conocer esta orden de desahucio. La sociedad Posibilitumm Business tenía la intención de abandonar el Edificio Pórtico de Madrid por razones económicas y para ahorrar costes.

El nuevo equipo prevé trasladarse a una sede más pequeña y barata, debido a la disminución de plantilla y la reducción de actividad prevista en su plan de viabilidad presentado el pasado 18 de junio.

La empresa está poniendo en marcha un expediente de regulación de empleo (ERE), con el que pretende adelgazar la plantilla en más del 60%, lo que supone que afectará a más de 1.200 empleados de un total de 2.050 que actualmente continúan en el grupo.