Los británicos huyen de los homenajes oficiales en el quinto aniversario del 7-J
- No se ha organizado ningún acto institucional
- El gobierno de Cameron ha enviado un ramo con 52 rosas
El 7 de julio del 2005 a las 08.50 horas, quedará marcado para siempre en el Reino Unido como el momento en el que la ciudad se paralizó bajo el estruendo de tres bombas que estallaron en el metro de Londres. Una hora más tarde, otra explotó en un autobús londinense.
52 personas murieron y, cinco años después, como afirma Peter Hendy, encargado del transporte de Londres, "su memoria está hoy tan viva como lo estaba cinco años atrás".
De hecho, para mantener su recuerdo presente, Reino Unido no ha necesitado ningún acto oficial.
El recuerdo cinco años atrás
Este miércoles, a la misma hora, la lluvia caía en Hyde Park, donde 52 pilares recuerdan a los fallecidos aquel día. Entre ellos, varias personas que, espontáneamente, depositaron rosas y guardaron silencio.
Así ha sido el tributo que los británicos han rendido a los muertos. Espontáneo y sencillo, "Fantástico, el más adecuado", asegura Hazel Webb, cuya hija murió en el atentado.
Pero algunos familiares de las víctimas consideran que el gobierno debería haber organizado algún acto institucional para conmemorar el día. Pero no ha sido así. En su lugar, el primer ministro, David Cameron, ha enviado una corona de 52 rosas rojas y blancas y una nota escrita con su letra: "En la memoria de las víctimas del terrorismo en Londres el 7 de julio de 2005. Nunca serán olvidadas".
Webb reitera su opinión, igual a la de la mayoría de los familiares, de que no haber organizado nada es lo mejor que podía hacerse ya que ahora, cinco años atrás "es el momento de trasladar cualquier tributo a la esfera privada".
El 7 de julio de 2005
Sin embargo, el año pasado sí se celebró una gran ceremonia para rendir un tributo a los fallecidos. Pero muchos de los que han acudido espontáneamente a Hyde Park hacen hincapié en que ya no es necesario porque ahora "es el momento del pueblo, de todos los demás", asegura Julie Nicholson, cuya hija de 24 años murió en el metro.
Julie asegura sentirse "feliz" de que no se haya hecho ninguna ceremonia ya que asegura que la que organizó el gobierno laborista fue "emocionante" pero no tanto como lo ha sido "recibir ramos de flores de mano de los londinenses".
Ahora, lo que queda es, asegura, "recordar que el mundo continuó y no dejamos que esa gente nos golepeara".