Irán no lapidará a una "adúltera" tras una campaña internacional de denuncia
- Reino Unido protestó para evitar esa forma de ejecución "medieval"
- No está claro si la pena de muerte ha sido también suspendida
Las autoridades iraníes han informado de que no se aplicará la pena por lapidación que se le había impuesto a una mujer viuda condenada por adulterio, pero no aclararon si se le aplicará de otro modo la pena capital, informa este viernes la radiotelevisión pública británica BBC.
La ciudadana iraní Sakiné Mohamadi Ashtiani, de 43 años, fue acusada de mantener "relaciones ilícitas" con dos hombres supuestamente antes de la muerte de su marido.
El abogado de Ashtiani ha afirmado en un comunicado remitido por la embajada iraní en Londres que no ha sido informado de la decisión de no lapidar a su cliente.
"Todavía no he sido informado sobre la decisión de la pena. Mi cliente se encuentra todavía en prisión", ha asegurado el abogado Mostafavi, quien también ha indicado que el comunicado judical contiene ciertas ambigüedades.
"No dice si la sentencia será anulado o sustituida por otra pena" como, por ejemplo, el ahorcamiento", ha añadido.
Desde que en el 2006 un tribunal local la hallara culpable Ashtiani ha permanecido en prisión. Además, por su presunto adulterio ya fue castigada con 100 latigazos.
Campaña internacional
La marcha atrás del régimen se produce después de una campaña internacional impulsada por algunos gobiernos y organizaciones independientes para evitar que Ashtiani muriera por lapidación.
El ministro de Asuntos Exteriores británico, William Hague afirmó que la muerte por lapidación es un "castigo medieval", y que su aplicación continuada en Irán constituye una violación de los derechos humanos.
Una interpretación estricta de la ley islámica en Irán castiga con cien latigazos el mantener relaciones sexuales antes del matrimonio, pero aquellos que mantienen relaciones con una persona casada son sentenciados a muerte por lapidación.
En esta forma de ejecución, la ley sostiene que las piedras usadas han de ser lo bastante grandes como para no hacer sufrir demasiado al condenado, pero también lo suficientemente pequeñas para que el ejecutado no muera inmediatamente.
Recientemente el abogado de Ashtiani y diversas asociaciones pro derechos humanos alertaron de que las peticiones de clemencia habían sido desestimadas por las autoridades iraníes y que la ejecución era inminente.
Juicio repetido
En marzo del 2006 un tribunal de la provincia iraní de Azerbaiyán Oriental (noroeste) determinó que Ashtiani había mantenido "relaciones ilícitas" con dos hombres tras la muerte de su marido. En ese momento sólo fue condena a una pena de flagelación, por la cual recibió un total de 99 latigazos.
Sin embargo, en septiembre de este mismo año, durante el juicio de un hombre acusado de asesinar al marido de Ashtiani, otro tribunal diferente reabrió su caso y allí se la acusó de haber mantenido relaciones con los dos hombres mientras su marido vivía.
Pese a que se retractó de una confesión que afirmó había sido obligada a realizar bajo coacción, este nuevo tribunal la halló culpable y la condenó a muerte.