La soledad parlamentaria del Gobierno marca el debate sobre el estado de la nación
- Las reformas económicas han aislado a los socialistas en el Congreso
- Nacionalistas y minoritarios se distancian, y el PP presentará su alternativa
- La crisis y el paro volverán a ser los asuntos del debate, un año después
- Sigue el debate desde las 12.00 en directo por La2, Radio Nacional y RTVE.es
Un gobierno en minoría y acosado frente a una oposición con los cuchillos afilados, sobre un fondo de una crisis económica que se alarga. Esa será la representación que escenificarán a partir de este miércoles los líderes políticos españoles en el debate sobre el estado de la nación, en el que los asuntos fundamentales volverán a ser la crisis y el desempleo, así como el Estatuto de Cataluña.
La batalla dialéctica hará patente la soledad parlamentaria de los socialistas, que han perdido el respaldo puntual que hasta ahora le habían ofrecido nacionalistas y partidos de izquierda a causa de los durísimos ajustes y reformas económicas emprendidas en los últimos meses.
Así, con una huelga general en ciernes y con la perspectiva de un otoño difícil a la hora de aprobar los Presupuestos para 2011 -por el momento, el Ejecutivo sólo cuenta con el ofrecimiento del PNV para negociar las cuentas públicas del año próximo-, el Gobierno quiere aprovechar el debate para sentar las bases de un consenso que hasta ahora se le ha resistido.
Será complicado, porque las medidas económicas ya emprendidas -el ajuste fiscal, la reforma laboral, la reestructuración financiera- o aún pendientes -la reforma de las pensiones- serán, sin duda, la almendra central del discurso del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Pero también el blanco central de las críticas tanto del PP como de los partidos nacionalistas y minoritarios.
La economía dominará el debate
Lo cierto es que la última encuesta del CIS, correspondiente al mes de junio, sigue situando el paro y la situación económica como las principales preocupaciones de los españoles, a gran distancia del resto.
Frente a las previsiones optimistas del Ejecutivo socialista, un año después la crisis sigue vigente, aún más recrudecida si cabe. Entre marzo de 2009 y marzo de 2010 el paro ha subido en 600.000 personas -si bien desde entonces ha caído durante tres meses seguidos, bajando de cuatro millones de personas- y la economía está prácticamente estancada.
Al margen de los asuntos económicos, la reciente sentencia sobre el Estatuto de Cataluña ha resucitado la polémica nacionalista, que parecía subsumida en la crisis económica una vez cerrado el nuevo modelo de financiación autonómica, por lo que también podría hacerse un hueco en el debate, al igual que la exigua presidencia española de la Unión Europea.
Rajoy insistirá en su alternativa
Pese a todo, Zapatero podrá presentar algunos balances favorables en el debate, que marca la mitad de la legislatura: el descenso de los fallecidos en accidentes de tráfico, la inoperancia de la banda terrorista ETA -el terrorismo ha caído hasta la séptima posición entre los asuntos que más preocupan a los españoles- o, en el ámbito económico, la ley de cajas, uno de los pocos acuerdos alcanzados con el PP.
Desde el punto de vista social, es de esperar que defienda la nueva ley de aborto y que avance algún aspecto de la futura ley de libertad religiosa, asuntos en los que si cuenta con el respaldo de la izquierda parlamentaria, pero sobre los que seguramente morderá Mariano Rajoy, que quiere convertir el debate en la presentación de su alternativa, el punto de inflexión en su camino hacia la Moncloa.
Sin embargo, hasta ahora no ha sido capaz de derrotar a Zapatero en ninguno de los cuatro debates sobre el estado de la nación en los que ambos se han enfrentado. Nunca como ahora lo encontrará tan débil y aislado, lo que confiere cierta gravedad al duelo: a dos años de las elecciones, uno u otro pueden empezar a conocer su destino tras su enfrentamiento en el Congreso.