Uralita tendrá que pagar 4 millones a vecinos de Cerdanyola y Ripollet afectados por el amianto
- Es la primera vez que los inmenizados no son trabajadores de una fábrica
- El juez considera que "es claro" que el amianto provocó sus enfermedades
- La empresa ya ha anunciado que recurrirá la sentencia condenatoria
Sentencia pionera por los daños ocasionados por el amianto. Un juzgado de Madrid ha condenado a Uralita a indemnizar con cerca de 4 millones de euros a medio centenar de vecinos de Cerdanyola y Ripollet (Barcelona) por la exposición al polvo de amianto generado por la fábrica que tenía entre las dos localidades. Uralita ha anunciado que recurrirá la sentencia.
La sentencia es pionera en España porque por primera vez los demandantes no son empleados, sino 47 ciudadanos que vivían en las inmediaciones y que, según la resolución judicial, sufren enfermedades que son producto del contacto que han mantenido a diario con el amianto que utilizaba Uralita, que tendrá que pagarles 3.918.594,64 millones de euros.
El Juzgado de Primera Instancia número 46 de Madrid ha considerado que "es claro" que la causa de los padecimientos de los demandantes, o de sus familiares fallecidos, es la actividad industrial realizada desde 1907 en la factoría de Uralita situada entre Cerdanyola y Ripollet, municipios donde han residido durante décadas los afectados.
Según la sentencia, los medios de transmisión que han causado la enfermedades de los demandantes abarcan desde las emisiones de la fábrica en forma de polvo de amianto, la manipulación de las ropas de los trabajadores por parte de sus familiares en sus domicilios y la contaminación derivada de la degradación de depósitos de residuos derivados de la propia actividad industrial.
"Incluida la que probablemente fuera provocada a consecuencia del esparcimiento que durante muchos años se realizaba por los operarios de la propia empresa por las zonas urbanas de ambos municipios, ciertamente con la aquiescencia, incluso complacencia de la propia población y de las autoridades", añade la sentencia.
Pedían más dinero por el amianto
Durante el juicio, que quedó visto para sentencia el pasado 17 de junio, los demandantes reclamaron una indemnización de 5,6 millones, insistiendo en que la empresa "esparció por todas las calles" de esas dos localidades "trozos de asbesto" y "polvo de amianto", y que no tomó ninguna medida de precaución al saber que dicho material era perjudicial para la salud.
La sentencia indica que dicha actividad que la factoría llevaba a cabo, "al parecer, para suplir, de forma cómoda y barata, la falta de asfaltado de las calles", denota "al menos un punto de imprudencia, en cuanto ya era innegable la conciencia social en el mundo del riesgo que implicaba para la salud la utilización del amianto", prohibido en España en 2002.
"Ello viene a ser muestra de cómo una práctica dirigida en principio a paliar el subdesarrollo o la falta de infraestructuras de algunas zonas de España en la segunda mitad del siglo pasado, se ha vuelto con el tiempo en contra de la población que durante años ha visto resurgir su economía gracias a una actividad industrial boyante", argumenta la resolución notificada el pasado 5 de julio.
No obstante, también concluye que "dicha realidad no puede eximir a la empresa que la realizaba, incluso aunque se hubiese ajustado a la normativa vigente, (...), de las graves consecuencias que ha producido para la salud pública".
En consecuencia, condena a Uralita a pagar más de 3,9 millones de euros a los 45 vecinos de Cerdanyola del Vallés y Ripollet que demandaron a la empresa, y que recibirán indemnizaciones de entre 43.079 y más de 400.000 euros, según los casos, por las lesiones que sufren en el aparato respiratorio, que en ocasiones han conducido al fallecimiento, y por daños morales.
En este sentido, la sentencia concluye que "quienes han resultado afectados por el contacto con el asbesto, de alguna manera, por mínima que sea, han sufrido una agresión en su organismo, que debe ser indemnizada", por lo que considera que es procedente la indemnización, no sólo por daños físicos, sino también morales, a los afectados.
Uralita recurrirá la sentencia
El Ayuntamiento de Cerdanyola ha manifestado su satisfacción por la sentencia. La alcaldesa de la localidad, Carme Carmona (PSC), ha explicado en un comunicado que "es importante que el tribunal reconozca la existencia de víctimas pasivas del amianto, personas que no trabajaban, pero que también han sufrido las consecuencias de inhalar fibras de amianto". En este sentido, Carmona ha recordado que "la sentencia hará historia".
Por su parte, la compañía Uralita ha anunciado que recurrirá la sentencia que la condena a indemnizar con 3,92 millones de euros a medio centenar de vecinos de Cerdanyola y Ripollet (Barcelona) por los daños derivados de la exposición al polvo de amianto.
Uralita no comparte la sentencia dictada por un juzgado madrileño, informaron hoy a Efe fuentes de la compañía, cuyo servicios jurídicos estudian su contenido para recurrirla.