Cuatro ex presos de las FARC imitan a Betancourt y piden indemnizaciones al Estado colombiano
- El pasado martes Ingrid Betancourt retiró una solicitud similar
- Todos aseguran que el Estado cuenta con protección insuficiente
Cuatro ex rehenes de la guerrilla colombiana marxista de las FARC han solicitado al Estado colombiano indemnizaciones por sus respectivos secuestros, horas después de la retirada de una solicitud similar de Ingrid Betancourt, según ha anunciado este martes una fuente judicial.
Gloria Polanco, Consuelo González, Jorge Gechem y Orlando Beltrán han presentado sus peticiones por separado ante el tribunal del departamento del Huila (suroeste), alcanzándose la cifra de casi diez millones de dólares en la suma total de las compensaciones, según ha informado a la prensa el presidente del tribunal Jorge Augusto Corredor.
Gloria Polanco fue secuestrada el 26 de julio 2001 por un comando guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que irrumpió en un edificio de apartamentos en Neiva (capital del departamento de Huila). Fue puesta en libertad 27 de febrero 2008.
Consuelo González fue secuestrada el 10 de septiembre de 2001 y puesta en libertad el 10 de enero 2008, junto con los rehenes Orlando Beltrán y Jorge Gechem.
Todos han asegurado, como hizo en su día Ingrid Betancourt, que el Estado cuenta con protección insuficiente.
El antecedente de Betancourt
El pasado diez de julio la ex candidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt y su familia exigieron al Ministerio de Defensa de su país el pago de 5,2 millones de euros (12,5 millones de pesos colombianos) por los perjuicios ocasionados durante su secuestro de más de seis años por la guerrilla de las FARC.
Sin embargo, tres días más tarde, Betancourt retiraba su petición tras las múltiples crítcias que recibió por ello.
Aunque Betancourt aclaró el pasado domingo que no pretendía demandar al Estado y que la indemnización solicitada era meramente "simbólica", las críticas le siguieron lloviendo especialmente en Colombia y en las redes sociales, donde la tildaron, entre otras cosas, de "ingrata".