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Kagame, un lobo con piel de 'twittero'

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El presidente ruandés, Paul Kagame, en una imagen de archivo.
El presidente ruandés, Paul Kagame, en una imagen de archivo.

"No podemos volver el reloj atrás ni podemos arreglar el daño causado, pero tenemos el poder para determinar el futuro y asegurarnos de que lo que ha ocurrido no vuelva a suceder".

Con estas palabras el presidente de Ruanda, Paul Kagame, encabeza su rutilante website, sin saber que en realidad resume la contradicción que le lleva a ser imputado por genocidio por la Audiencia Nacional y, a la vez, 'campeón' en la lucha contra la pobreza liderada por la ONU.

Porque, pese a cultivar una imagen de hombre sosegado y tranquilo, modernizador del país a través de las nuevas tecnologías que abraza sin dudar; Kagame tiene un pasado militar que le relaciona con conflictos en Uganda y el Congo y cuenta con lazos con la inteligencia militar estadounidense.

Catapultado al poder bajo el paraguas del genocidio y la defensa de los tutsis exiliados, sus ansias de reconciliación quedan en saco roto a unas semanas de las elecciones, con denuncias de Reporteros Sin Fronteras de detenciones de periodistas y líderes opositores y misteriosos asesinatos y tiroteos de disidentes en el exilio.

Control de los medios

Nada de eso aparece en la página de Kagame. Sí está un blog donde cuelga sus discursos, un canal de Youtube con sus 'speeches' íntegros, una cuenta en Twitter con sus últimos comentarios políticos y una biografía a la medida, donde relata su vida como refugiado en Uganda,  luchador contra la 'tiranía ' en su país y su ascenso al poder en Ruanda tras el genocidio de 1994.

"Hay una conciencia global de los hechos nacionales", señalaba recientemente el líder ruandés respecto a la importancia de las nuevas tecnologías, cuyo dominio recuerda a la campaña electoral de Barack Obama.

Claro que, como señala Reporteros Sin Fronteras, esta preocupación por la comunicación y la propia imagen en un país con la historia de Ruanda tiene otra lectura.

"La política de Kagame es similar a la de China: abrazar la tecnología para controlarla y censurarla", asegura el director para África de Reporteros sin Fronteras para África, Ambrose Pierre, que ha incluido al líder ruandés en la lista de "predadores" de la libertad de información.

"Kagame quiere controlar las mentes. No quiere espacio para la crítica", añade Pierre.

El último caso denunciado es el de Agnés Uwimana Nkusi, directora de la revista bimensual privado Umarabyo, acusada de desobediencia civil, insulto al jefe de Estado, propagación de falsos rumores y negación del genocidio tutsi.

Nkusi denunció el cierre de la página crítica con Kagame Umuvugizi y, sobre todo, la muerte del periodista en el exilio Dominique Makeli.

Makelie había huido a Uganda por miedo a que sus críticas al régimen de Ruanda le costase la vida y acabó asesinado tras ser capturado en su casa por unos misteriosos hombres que lo metieron en un coche y lo dejaron muerto en un descampado.

"No podemos decir al 100% que fue obra de los servicios de seguridad ruandeses, pero hablaban Kinyarwand (la lengua de ese país)", ha recordado Pierre.

Su caso recuerda sospechosamente al de otro opositor fallecido esta misma semana, el vicepresidente del Partido Verde Democrático, Andre Kagwa Rwisereka, cuyo cuerpo fue encontrado en un coche abandonado.

"La gente que lo vió la noche que desapareció lo vió con mucho dinero, por lo que se sospecha que es un caso de robo", ha declarado la Policía.

La oposición ya ha pedido una investigación internacional, mientas los diplomáticos occidentales temen que la tensión suba más aún a unas semanas de las elecciones presidenciales que deberían renovar con facilidad el liderazgo de Kagame.

"Será percibido como un asesinato político, sea así o no, y esto servirá para aumentar la tensión en Ruanda", señala un diplomático occidental en la agencia Reuters.

En realidad, pese a la imagen que trata de proyectar en el extranjero, Kagame tiene como principal handicap su propio historial militar y guerrillero, que le ha llevado precisamente ante la Audiencia Nacional, colocando al presidente Zapatero ante una incómoda visita.

Historial militar

Refugiado en Uganda en su juventud, Kagame se ha educado en el conflicto.  Es un miembro fundador del ejército de liberación del actual presidente de Uganda, Yoweri Museveni y dirigió su división de inteligencia, ayudándole a lograr el poder en 1987.

Luego pasó a extender el comflicto a su país para lanzar el Frente Ruandés Patriótico, movimiento rebelde que tomó Kigali tras el genocidio de 1994 y que se nutre de los tutsis en el exilio.

Una vez en el poder, Kagame se convierte en el líder de facto del país pese a ser ministro de Defensa y vicepresidente. Desde esa posición apoyó la rebelión en la República Democrática del Congo para derrocar a Mobutu Sese Seco.

En 2000 se hizo con el liderazgo del país tras ser elegido por la Asamblea Nacional de Transición y en 2003 fue refrendado al frente del Gobierno en las primeras elecciones multipartidistas del país.

Desde entonces el antiguo soldado ha cultivado una imagen de hombre tranquilo y modernizador del país, atrayendo a los intereses americanos y posicionándose como un 'campeón' en la lucha contra la pobreza y por la reconciliación.

En el otro lado, imágenes como el cuerpo decapitado de Rwisereka -cuyo partido no ha sido autorizado a participar en las elecciones y compite con Kagame en su granero de votos tutsi- al menos inquietan.

Carina Tertsakian, investigadora ruandesa de Human Rigths Watch, ve en hechos como este y los anteriores "un patrón emergente...y ciertamente preocupante".