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Los presos cubanos denuncian las condiciones de acogida del Gobierno español

  • Dicen que no han sido consultados sobre sus próximos traslados
  • Matizan que no son inmigrantes, sino refugiados políticos
  • Dos nuevos expresos han llegado este jueves a Madrid

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Los disidentes cubanos están agradecidos por la acogida que han tenido en España

Los presos políticos cubanos llegados a España esta semana se han quejado de las condiciones de acogida que les ha dado el Gobierno español y han denunciado que no han sido consultados sobre el lugar al que serán trasladados en los próximos días desde el hostal de un polígono del barrio de Vallecas donde han sido instalados con sus familiares.

"No me siento con la privacidad que requiero para estar con mi familia después de pasar tantos años en prisión", denunciaba Normando Hernández.

En concreto, dos de ellos han detallado que serán enviados a centros de acogida de Cullera (Valencia) y Málaga sin saber dónde se encuentran ni haber un diálogo previo. "Tan sólo pedimos que Zapatero nos dé las condiciones humanas y el status que merecemos. Hemos salido de una prisión con barrotes y hemos llegado a otra prisión sin barrotes."

Sus llegadas han sido las primeras. Este mismo jueves una nueva tanda ha llegado a Barajas. Esta vez viajaban Luis Milán Fernández y Mijail Bárzaga Lugo, que se sumarán a la lucha junto a sus compañeros en cuanto se recuperen anímicamente de los duros años que han pasado en prisión.

Con ellos han volado también algunos familiares de Normando Hernández, con lo que en total ascendían a 23 las personas que despegaban desde el aeropuerto de La Habana.

Un único objetivo

Con un futuro incierto por delante, de momento les han dado un pasaporte de residencia española, pero tienen que tramitarlo.

"Yo no soy un inmigrante; soy un refugiado, un perseguido político", ha subrayado Juio César Gálvez, uno de ellos, que resumía con frustración el "limbo jurídico" en el que se encuentran él y sus diez compañeros.

A este objetivo han sumado que el Gobierno debería tener en cuenta también el factor humano a la hora de determinar su futuro. "Quisieramos estar todos juntos", ha afirmado Julio César Gálvez, haciendo referencia a que hacía mucho tiempo que no coincidían entre ellos y así poder intercambiar opiniones.

A pesar de esto, no han querido dejar de agradecer la generosidad del Gobierno español, aunque tal y como han denominado "sería injusto darle todo el protagonismo a este hecho sin tener en cuenta toda la lucha anterior". Este tan sólo es un paso de un largo camino, en el que han participado la muerte de Zapata, la huelga de hambre de Guillermo Fariñas, o la lucha en las calles de las Damas Blancas, un pilar básico en su lucha.

Hemos salido de una prisión con barrotes y hemos llegado a otra prisión sin barrotes

Desde su llegada a España lo han tenido muy claro. Su fin es luchar desde el exilio para que algún día puedan volver a Cuba sin el temor de volver a ser encarcelados. "El final del camino es la democracia en Cuba", ha explicado González.

"Los que hemos salido de Cuba tenemos todavía una sanción pendiente", ha explicado Paneque haciendo ver a los medios que un cambio de política en su país les obligaría a regresar a la cárcel.

Por ello, se recuperarán en salud y en unos días volverán a su lucha particular: conseguir que todos los presos de conciencia sean liberados. "El fin del camino es que regresemos a Cuba sin riesgo a ser encarcelados, y la democracia. Si no, no habremos ganado nada", ha subrayado Ricardo González.

Condiciones infrahumanas en las cárceles

Vivir en un infierno. De manera unánime definían los cubanos ante los medios su estancia en las prisiones, no sólo por ser prisioneros de conciencia, sino en general. Durante los primeros meses tuvieron un trato peor que el de cualquier criminal del país.

Tenían menos visitas conyugales y todo ello con el objetivo de distanciarles de sus familias. "Querían castigar también a nuestras familias y hacerles culpables de lo que nosotros somos inocentes", ha denunciado Ricardo González.

Las infraestructuras eran pésimas, tenían que convivir con ratas, alacranes e incluso sus propios excrementos. Los almuerzos estaban preparados desde las 2 de la madrugada, y una de las comidas típicas era agua de cáscara de plátano hervida.

De esta forma muchos de ellos enfermaban. Uno de los casos es la aparición de un brote de tuberculosis entre los presos. Normando tuvo que vivir con ellos y llegó a adquirir el virus, aunque no lo desarrolló.

Una cita en el Parlamento Europeo

Otro de sus objetivos es llegar al Parlamento Europeo para dar a conocer su exilio a todo Europa, aunque de momento no hay una fecha exacta.

Además cuentan con el problema de que con la gran expectación que están generando existe el temor de que paralicen el resto de las salidas de sus compañeros. Además, consideran que liberar a 52 presos no es suficiente para cambiar la política de la UE hacia la isla, como defiende el Gobierno español.

Todas estas declaraciones de Ricardo González junto a Omar Rodríguez, Normando Hernández, Julio César Gálvez, José Luis García Paneque y Léster González -todos excarcelados por el Gobierno cubano- han protagonizado una multitudinaria rueda de prensa en la que han querido dejar claro que ellos sufren, no se arrepienten e incluso lo hacen con orgullo.