Más de 3.000 organismos "fuera de control" velan por la seguridad de EE.UU. tras el 11-S
- 'The Washington Post' muestra los entresijos del sistema de inteligencia
- El secretario de Defensa reconoce los retos de poner de acuerdo a tanta gente
- El Gobierno de EE.UU. dice que el artículo no refleja la realidad del sistema
2.000 compañías privadas y 1.270 agencias gubernamentales que cuentan con 10.000 localizaciones alrededor de Estados Unidos y que tienen a su cargo a 850.000 ciudadanos con la máxima categoría en seguridad, más que la población que vive en Washington D.C.
Éste es el inabarcable panorama que dibuja el Washington Post en un artículo fruto de dos años de investigación que pone en evidencia una realidad devastadora: tras los atentados del 11 de septiembre los cuerpos de inteligencia creados por el Gobierno han crecido de manera tan descontrolada que nadie sabe cuánto cuestan ni cuanta gente trabaja ni -sobre todo- qué está haciendo cada uno.
La investigación, titulada Top Secret America se basa en cientos de entrevistas con altos cargos de inteligencia y el ejército, así como grabaciones y documentos públicos.
En ella se subraya que, en estos tiempos de crisis económica, muchos de estos organismos de inteligencia y seguridad hacen el mismo trabajo, creando redundancias y derroche de dinero.
Estudios sin leer
Por ejemplo, señalan los dos periodistas autores de la investigación, 51 organizaciones federales y comandos militares operan en 15 ciudad estadounidenses controlando el flujo de dinero hacia y desde redes terroristas.
Como fruto de toda esta infraestructura, el rotativo estadounidense calcula que se publican unos 50.000 estudios de inteligencia al año, un volumen tan grande que muchos son ignorados de manera rutinaria.
Tras los atentados del 11 de septiembre, los sistemas de inteligencia y vigilancia de Estados Unidos se reformaron radicalmente, con la creación de una Dirección Nacional de Inteligencia que supervisa 16 agencias de la comunidad de inteligencia y que cuenta con grandes inyecciones de dinero.
El nuevo jefe de la CIA, Leon Panetta, asegura que con el déficit creciento el nivel de gasto en inteligencia será reducido con probabilidad y qyue trabaja en un plan de cinco años para adelgazar este presupuesto.
Un sistema complejo
Tras los atentados del 11-S, el Congreso autorizo un gasto extra de 40.000 millones de dólares para potencar la defensa doméstica y luchar contra Al Qaeda, a los que se añadieron otros 36.500 en 2002 y 44.000 en 2003, según el Post.
Con todo ese gasto llegaron más analistas, más organizaciones y más entidades para reunir información de inteligencia, pero con una escasa coordinación entre ellas.
"No sé de ninguna agencia con la autoridad, la responsabilidad o que esté en proceso de coordinar todas estas actividades entre agencias", asegura en el artículo el teniente general John R. Vines, que subraya que "la complejidad del sistema no se puede ni describir".
La Casa Blanca se ha anticipado al informe del periódico señalando que cuando la Administración Obama llegó a la Casa Blanca era consciente de los problemas y está tratando de solucionarlos.
El director nacional interino de Inteligencia (DNI), David C. Gompert, ha respondido en un comunicado que el informe del diario "no refleja la comunidad de inteligencia que conocemos" y que los empleados de esas agencias "han mejorado nuestras operaciones, han impedido ataques y están logrado un sinnúmero de éxitos cada día".
Las reformas realizadas hasta la fecha "han mejorado la calidad, cantidad, regularidad y velocidad de nuestro apoyo a los responsables de política, soldados y defensores del territorio nacional, y continuaremos nuestros esfuerzos de reforma", ha agregado Gompert.
Gompert, cuya oficina fue creada en 2004 para uniformar el trabajo de los servicios de espionaje, ha explicado que existe cierto nivel de duplicación de trabajo entre las distintas agencias con el objetivo de fortalecer el análisis de las tareas de inteligencia.
"Los retos por delante son difíciles y complejos. Continuaremos escudriñando nuestras propias operaciones, buscando formas de mejorar y adaptarnos",ha detallado Gompert, al asegurar que la comunidad de información trabaja con el Congreso de EE.UU. para las tareas de supervisión y reforma de esta burocracia.
Y es que, aunque el Gobierno estadounidense insiste en que estas reformas han logrado mejoras significativas en el sistema de seguridad recientes incidentes como el atentado fallido contra un avión en Detroit el día de Navidad o el ataque igualmente fallido de Times Square han puesto en entredicho el sistema.
Todo un reto
El secretario de Defensa de EE.UU., Robert Gates, asegura que el sistema para reunir información de inteligencia es burocrático pero no inmanejable, aunque reconoce que a veces es difícil lograr la información precisa en el momento adecuado.
"Ha habido tal grado de crecimiento desde el 11 de septiembre que tener todo eso en tus manos -no solo en el director nacional de inteligencia, sino para cualquier individuo, para el director de la CIA, para el secretario de Defensa...es un reto", señala en una entrevista al diario.
El último director nacional de Inteligencia, el admirante Dennis Blair, ha dimitido recientemente por las luchas internas en el seno de la Administración.
Toda la Dirección Nacional de Inteligencia ha sido duramente criticada en un informe realizado por el consejo de asesores de inteligencia del presidente, que considera que tiene demasiado personal y que sufre disfunciones.
El sustituto propuesto por la Administración Obama, el general Clapper, tiene que hacer frente a una sesión de confirmación en el Senado donde los temas puestos en evidencia por el Washington Post serán aireados con seguridad.
'Top secret America' es una serie de reportajes realizados por la ganadora del premio Pulitzer Dana Priest, que se publicarán en tres capítulos esta semana.