Los controladores aéreos niegan que haya una huelga encubierta y culpan a AENA de los retrasos
- "No ha habido ningún pulso con el Gobierno ni lo va haber", asegura USCA
- Afirma que las bajas médicas responden a situaciones de exceso de trabajo
- Culpa a AENA de los retrasos por la mala gestión de los turnos de trabajo
"No ha habido ningún pulso con el Gobierno ni lo va haber". El presidente de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), Camilo Cela, ha negado este martes la existencia de una huelga encubierta en el sector pese a las reiteradas bajas médicas que se han registrado en los últimos días, especialmente en el centro de control de Barcelona, que ha provocado retrasos en los vuelos de todo el área mediterránea.
“No estamos de huelga, ni tenemos ningún pulso planteado“
"No estamos de huelga, ni tenemos ningún pulso planteado con nadie", ha insistido Cela, quien ha asegurado que "ha habido una normalidad absoluta en las operaciones este fin de semana", pese a que posteriormente ha culpado a Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) de los retrasos, por la deficiente gestión de los turnos de trabajo.
Los controladores garantizan la seguridad aérea aunque explican que hay límites físicos en el número de aviones que pueden aterrizar y despegar en una hora en un determinado sector y que AENA vende más slots, derechos de vuelo, que los que admite un determinado aeropuerto, lo que acaba significando demoras.
Por el contrario, AENA ha acusado al colectivo de coordinar las ausencias de forma deliberada para presionar en la negociación del convenio colectivo e incluso el ministro de Fomento, José Blanco, ha anunciado que se recurrirá a controladores militares para asegurar el servicio.
Una opción que los controladores rechazan y recuerdan que cuando en 1973 Francia recurrió a controladores militares para regular el tráfico aéreo chocaron dos aviones y el resto de los países optaron por no sobrevolar el espacio aéreo francés.
Los médicos conceden las bajas
Cela ha reiterado que las bajas corresponden a las situaciones de estrés y fatiga que sufren los controladores, señalando que "son los médicos quienes concenden las bajas, no nosotros". La Organización Médica Colegial ha respaldado la profesionalidad y rigor de los facultativos en este asunto.
Con todo, ha señalado la voluntad de USCA de "llegar a una solución negociada por ambas partes" en la negociación del convenio, que enfrenta a los trabajadores y AENA desde hace varios meses. Argumenta que han presentado una propuesta de modificación de 9 de los 16 capítulos del convenio y que su capacidad de trabajo "es muy superior" a la de AENA que todavía no les ha contestado.
Falta de previsión
El asesor legal de USCA, Francisco Maroto, ha acusado al ministro de "faltar a la verdad" porque muchas de las bajas del fin de semana eran de larga duración e insta a la Fiscalía a "que indague el origen, motivo y causa de esas bajas" ya que afirma que AENA no aumenta las dotaciones pese a producirse picos de tráfico aéreo.
Maroto critica la falta de planificación de AENA que "se niega a cubrir las dotaciones mínimas" y acusa al gestor de infraestructuras de ser "responsable de estar engañando a los pasajeros". Añade el dato de que el 60% de los vuelos están sobrepasados de capacidad, es decir, que AENA ha autorizado para un determinado sector, por ejemplo 44 vuelos, cuando la capacidad física es de 40, lo que significa que, al menos 4 sufrirán retrasos.
En el caso de las bajas de controladores registradas en Valencia apunta que "el 100% han sido totalmente ratificadas por los médicos".
“Un régimen laboral extremo“
El secretario de Comunicación de USCA, César Álvarez se ha quejado de "un régimen laboral extremo" y de "acoso psicológico", también alerta de que han aumentado el número de incidentes y que los han notificado a la Agencia de Seguridad Europea.
Álvarez ha subrayado que la falta de plantilla puede repercutir en el margen de seguridad porque esta situación "no se puede sostener mucho más tiempo". Los controladores han recordado que de 2004 a 2006 se produjeron cinco muertes súbitas en las torres de control y que la tensión arterial durante el trabajo es de 15/21, casi cercana a un ictus cerebral.
“Una década de mala gestión“
Por último, Álvarez considera que ha habido "una década de mala gestión de AENA" y que el aumento del tráfico aéreo ha ido por delante de las previsiones, lo que supone "plantillas desajustadas y una mala gestión de recursos humanos".