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El separatismo mundial busca coartada en La Haya

  • La CIJ debe decidir entre la integridad territorial y la libre determinación
  • Serbia advierte que un fallo favorable a Kosovo alentaría el separatismo mundial
  • EE.UU. respalda a Pristina y dice que a la corte no le compete pronunciarse
  • Expertos consideran que el fallo marcará la imagen de los 'estados embrión'

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La CIJ decide sobre la independencia de Kosovo

"La opinión del tribunal podría cambiar radicalmente la forma en la que tratamos a los grupos separatistas en el futuro. Si falla a favor de Kosovo, las puertas se podrían abrir a una nueva oleada de estados que emergerían".

Con estas palabras James Ker-Lindsay, experto en los balcanes de la London School of Economics resumía en el periódico The Guardian el debate al que se enfrentan los jueces de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) esta tarde, en lo que considera "el caso más importante que jamás se ha presentado" ante el máximo tribunal de Naciones Unidas.

Y es que, falle a favor, en contra o adopte una decisión mixta -quizá lo más probable- el tribunal es consciente de que cualquier delimitación de su decisión sobre la legalidad de la declaración de independencia de Kosovo -que no la independencia en sí, he ahí el matiz- será casi imposible ante los ojos expectantes que le mirarán a uno y otro lado de la comunidad internacional.

A un lado, el norte turco de Chipre, Somaliandia, Osetia del Sur y Abjasia y la región de Transnitria, estados 'embrión' tal y como los define José Ignacio Torreblanca, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), en el sentido que pese a su no reconocimiento internacional funcionan con total independencia de los estados a los que pertenecen.

El problema del separatismo

Apoyándoles, Estados Unidos y sus aliados más directos -especialmente la Unión Europea, pese a que en esto también se presenta dividida- que respaldó el movimiento unilateral albanokosovar en febrero de 2008 ante el estancamiento sobre las conversaciones sobre el futuro estatus de Rusia.

En total son 69 estados, que han conseguido por ejemplo que Kosovo fuese admitido en el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial (aunque sigue teniendo cerradas las puertas de la ONU y de la Unión Europea).

En el otro, los estados con fuertes movimientos nacionalistas y separatistas internos que, como Ker-Lindsay, consideran que un respaldo internacional a la independencia de Kosovo supondría una pequeña bomba de relojería en su contra.

Al frente de ellos están Rusia -con la amenaza de las repúblicas caucásicas- y China- con los tibetanos y los uigures en la mente- pero también países europeos como Grecia - que defiende 'su' Chipre- y, finalmente, España, que pese a sus lazos con Kosovo -donde hubo desplegadas tropas españolas hasta hace bien poco- ha rechazado con fuerza cualquier declaración unilateral de independencia.

"Si la opinión del CIJ establece un nuevo principio, un proceso entero de creación de nuevos estados se podría abrir alrededor del mundo, algo que desestabilizaría a muchas regiones en el mundo", ha advertido el presidente serbio, Boris Tadic.

Dos principios opuestos

En realidad, la decisión de la corte -que es meramente consultiva pero que los diplomáticos occidentales coinciden que marcará las relaciones entre ambos países y en cierto sentido la doctrina sobre ciertos movimientos independentistas- fluctúa entre dos principios básicos del derecho internacional: la integridad territorial de los estados y el derecho a la libre determinación de los pueblos.

Estados Unidos, que declaró su independencia hace más de 200 años, está a favor del segundo principio, tal y como ha dejado claro el vicepresidente de EE.UU., Joe Biden. en un encuetro con el primer ministro kosovar, Hashim Thaçi.

"No creemos que las declaraciones deindependencia sean actos cuya legalidad pueda afirmarse o no en un tribunal internacional. Son los hechos políticos que los establecen realidades políticas", ha subrayado una fuente del Departamento de Estado de EE.UU., segura de que el fallo será favorable.

"La verdadera cuestión es: ¿Se pronunciará la CIJ sobre si la ley internacional autoriza estas declaraciones o simplemente dirá que no es algo regulado por el derecho internacional?", se ha preguntado en voz alta.

Sin embargo, como señala Anthony Dworkin, del ECFR, aunque el tribunal considere que no hay nada ilegal en la declaración de Kosovo, "eso no establece por sí mismo que Kosovo es un estado legítimo".

El mejor fallo

Así las cosas, la decisión más importante del máximo órgano judicial de la ONU es probable que en realidad no resuelva nada.

Es más, como recuerda Richard Gowan, también del ECFR, Kosovo es actualmente un estado y no lo es dependiendo a donde miremos.

Si lo hacemos a Pristina, la capital del país, donde florecen los negocios pese a la corrupción del Gobierno con la lluvia de fondos de ayuda internacional, es lo más parecido a un país soberano.

Si lo hacemos al norte de Mitrovica, donde se concentra una comunidad serbia que se niega a reconocer Kosovo, que rechaza a la Unión Europea y que encomoda hasta al propio gobierno de Belgrado, está muy lejos de serlo.

Precisamente solucionar situaciones como ésta o como la de los albanokosovares en el valle serbio del Presevo es en lo que realmente se centran los esfuerzos diplomáticos gracias a las discusiones "técnicas" -nunca "conversaciones- que empiezan a tener ambas partes.

Un fallo definitivo en uno u otro sentido podría acabar definitivamente con este pequeño germen. Por eso quizá el mejor fallo, como defiende Richard Gowan, sea aquel que incomode a los nacionalistas de ambos bandos