Mario Vargas Llosa, el escribidor disciplinado
- El autor hispano-peruano se lleva finalmente el Premio Nobel de Literatura
- Saltó a la fama con La ciudad y los perros (1963)
- Su carrera se consolidó en 1969 con Conversación en la catedral
Jorge Mario Pedro Vargas Llosa nació en Arequipa el 28 de marzo de 1936. Hijo único, vivió con su madre -separada de su padre cuando todavía estaba embarazada- en esa localidad del sur del Perú hasta su mudanza a Cochabamba, cuando su abuelo materno fue nombrado cónsul honorario en Bolivia. En tierras bolivianas residió varios años junto a su familia materna. El posterior traslado de su abuelo a Piura, al norte del Perú, motivó el regresó a su país natal.
Ya en 1946 marchó a Lima, donde conoció a su progenitor, quien reanudó la relación sentimental con su madre. Nunca se llevó bien con él, contrario a que el joven Mario se dedicase a la escritura. No obstante, su vocación literaria ya se había manifestado con mucha fuerza.
En el escenario de 'La ciudad y los perros'
A la edad de 14 años ingresó, por imposición paterna, en el Colegio Militar Leoncio Prado de Lima. Sus experiencias en ese centro, un escenario de brutalidad que le marcó profundamente, inspirarían la novela "La ciudad y los perros". Durante su estancia en el Leoncio Prado hizo sus pinitos como periodista en la prensa local. Terminaría por abandonar la escuela militar para finalizar sus estudios secundarios en Piura y ver allí representada su primera pieza teatral: "La huida del inca".
Ya con 17 años, Vargas Llosa se matriculó en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima). Estudió derecho y literatura, al tiempo de adentrarse en el mundo de la política del brazo del entonces clandestino Partido Comunista. En 1955 se casó con su tía política Julia Urquidi, que le sacaba diez años de edad: la oposición familiar a este enlace, inspirador de la novela "La tía Julia y el escribidor" (1977), le obligó a realizar trabajos de muy diversa índole para sostenerse económicamente.
“La literatura es fuego, significa inconformismo y rebelión (Vargas Llosa)“
En 1957 publicó su primer relato: "El desafío". Un año después, tras su graduación, una beca le condujo a Madrid para cursar estudios de doctorado en la Universidad Complutense. Al terminar el periodo de becario en España, marchó a la vecina Francia y se estableció en París con su esposa-tía Julia. En 1964 se divorció; un año más tarde, contrajo matrimonio con su prima Patricia Llosa.
A finales de los años 60 se consolidó como escritor con "Conversación en la catedral" (1969), que había estado precedida por "Los jefes" (1959) -colección de relatos entre los que se cuenta el ya indicado "El desafío"-, "La ciudad y los perros" (1963) -Premio Biblioteca Breve, que representó su despegue literario-, "La casa verde" (1965) -Premio Rómulo Gallegos- y "Los cachorros" (1967). El propio Vargas considera a "Conversación en la catedral" como su mejor obra.
Del comunismo al liberalismo
Su progresivo distanciamiento del marxismo lo llevó a renegar públicamente de esta ideología en la década de 1980, para terminar abrazando el pensamiento liberal. Activo opositor a la política nacionalizadora del presidente izquierdista peruano Alan García, en 1990 se postuló él mismo como candidato a la presidencia de la república al frente de una coalición de centro-derecha. En la segunda vuelta de los comicios fue derrotado contra todo pronóstico por el populista Alberto Fujimori.
Tras su derrota electoral se estableció en Madrid. En 1993 obtuvo la nacionalidad española, sin por ello renunciar a la peruana. Ingresó en la Real Academia Española de la Lengua en 1994. En los últimos lustros también ha pasado largas temporadas en Londres.
En la vasta producción literaria de Vargas Llosa hay que destacar, aparte de las obras ya mencionadas, otros trabajos como "Pantaleón y las visitadoras" (1973) -llevada al cine por él mismo en 1975 y por Francisco J. Lombardi en 1999-, "La guerra del fin del mundo" (1981), "¿Quién mató a Palomino Molero?" (1986), "Lituma en los Andes" (1993) -galardonada con el Premio Planeta-, "La fiesta del chivo" (2000) - llevada al cine en 2006 por su primo Luis Llosa-, "El paraíso en la otra esquina" (2003) y "Travesuras de la niña mala" (2006). Su nueva novela, "El sueño del celta", será publicada en noviembre.
Ensayista, articulista y crítico literario
Además de la narrativa, el autor hispano-peruano nunca ha descuidado el ejercicio del ensayo (como "Desafíos a la libertad", 1994), el género periodístico (cabe señalar sus artículos en prensa y su serie de reportajes sobre Irak tras el derrocamiento de Sadam Hussein) y la crítica literaria. Hay que reseñar sus trabajos acerca de la obra de escritores como Gabriel García Márquez ("García Márquez: historia de un deicidio", 1971), Gustave Flaubert ("La orgía perpetua: Flaubert y 'Madame Bovary'", 1975), José María Arguedas ("La utopía arcaica. José María Arguedas y las ficciones del indigenismo", 1996), Víctor Hugo ("La tentación de lo imposible", 2004) y, más recientemente, Juan Carlos Onetti ("El viaje a la ficción", 2008). Por otro lado están sus incursiones en el mundo del teatro, con piezas como "La señorita de Tacna" (1981) o "El loco de los balcones" (1993).
Uno de los escritores favoritos a hacerse con el Nobel en este siglo XXI, Vargas Llosa ya atesoraba en su currículum los prestigiosos premios Príncipe de Asturias de las Letras (1986) y Cervantes (1994).
Escritor disciplinado y minucioso
Onetti solía decir que Vargas Llosa mantenía relaciones "matrimoniales" con la literatura; a diferencia de las suyas, que el uruguayo consideraba "adúlteras". Y es que la disciplina tanto en la lectura como en la escritura del autor hispano-peruano es proverbial: esa es una de las claves de su prolífica producción literaria.
La prosa de Vargas Llosa es sólida, rica, envolvente, eficaz, siempre abierta a la innovación y la experimentación formal. Sus tramas son complejas, cuidadas con minuciosidad y excelentemente documentadas. Un buen ejemplo es la novela "La fiesta del chivo", basada en la dictadura de Leónidas Trujillo en la República Dominicana, fruto de un vasto trabajo de documentación -incluidas locuciones y giros propios del país caribeño- y recopilación de fuentes en suelo dominicano.
Gran parte de su producción literaria y ensayística es un intento de desentrañar la realidad latinoamericana en general y la peruana en particular. La pregunta "¿Cuándo se jodió el Perú?", puesta en boca de un protagonista de "Conversación en la catedral", pone de manifiesto ese afán. Magnífico retratista de la brutalidad y de la estupidez humanas, siempre desde una óptica crítica y escéptica, el escritor de Arequipa también hace en su obra concesiones al humor, la ironía e incluso el erotismo. Narraciones de esta última índole son "Elogio de la madrastra" (1988) y "Los cuadernos de Don Rigoberto" (1997).