El número de fallecidos en la Loveparade asciende a 20 tras la muerte de una joven alemana
- Los cuerpos de las dos españoles serán repatriados en las próximas horas
- Las autoridades permitieron no cumplir las normas de seguridad
El número de fallecidos en la avalancha del festival Loveparade de Duisburgo (Alemania) ha ascendido a 20 tras la muerte de una persona más este lunes, según informa la cadena pública ARD. Se trata de una joven alemana de 21 años, según Efe.
Hasta ahora el balance era de 19 víctimas mortales, entre ellas dos españolas, cuyos cuerpos serán repatriados en las próximas horas. En total resultaron heridas 511 personas, aunque no todas por la avalancha. En los hospitales permanecen ingresadas aún 43 personas.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ha confirmado este lunes por la tarde que entre los heridos no hay ningún español que se encuentre "grave".
Dos días después de la tragedia de la Loveparade crece la presión sobre el Ayuntamiento, la policía y los organizadores por los fallos en al seguridad de la fiesta.
En Duisburgo, la ciudad en la que se produjo el sábado la tragedia, diversas revelaciones colocaron en una incómoda situación al Ayuntamiento, la policía y los organizadores, muy criticados desde los medios de comunicación alemanes por autorizar el evento.
Fallos de seguridad de la Loveparade
Un día después de conocer que los bomberos habían advertido ya meses antes de lo inseguro del emplazamiento de la "Loveparade", un informe de la edición "online" del semanario "Spiegel" destacaba que varios protocolos de seguridad no fueron observados.
De acuerdo con este medio, los organizadores de la "Loveparade" no observaron la anchura mínima prevista para acceso y salida de emergencia. Asimismo destaca que había quedado claro en el informe preliminar que en ese recinto sólo podían autorizarse concentraciones de hasta 250.000 personas.
Pese a ello, Duisburgo autorizó la fiesta en ese lugar para ahorrarse costes de seguridad, ya que buscar un recinto mayor implicaba aumentar el contingente policial, según apuntó a ese medio el presidente del sindicato policial, Rainer Wendt.
Una de las grandes incógnitas sigue siendo la cifra de participantes, y mientras las primeras cifras divulgadas por los organizadores hablaba de 1,4 millones de personas, los responsables de seguridad hablaron de un máximo de 300.000.
El domingo, según se ha conocido este lunes, al alcalde de Duisburg, Adolf Sauerland, que defendió el fin de semana el plan de seguridad del "Loveparade", sufrió agresiones e insultos al acercarse al lugar de la tragedia.
En medio de esa tensión, desde el Gobierno de la canciller Angela Merkel, y mientras los partidos cristianodemócratas (CDU y CSU) solicitaban investigaciones independientes, se instó a no sacar conclusiones precipitadas de los sucesos de Duisburgo hasta no tener informaciones y análisis completos de lo ocurrido.
Los padres de Clara y Marta, en Alemania
Mientras tanto, los padres de las víctimas españolas, Clara Zapater y Marta Acosta, llegaron a Alemania el domingo por la noche, según confirmó a la Agencia Efe el cónsul de España en Düsseldorf, Manuel Viturro.
"Prioritario ahora son las familias, no la prensa", ha advertido el diplomático tras explicar que las familias exigen el máximo respeto a su intimidad y que oficialmente no se ofrezcan más datos.
Viturro señaló que las autoridades alemanas no suministraron listas de heridos por deseo de muchos de ellos, "que no querían que nadie supiera que estaban en el Loveparade".
Algunos ciudadanos españoles presentes en la mayor fiesta de música electrónica del mundo contaron a Efe que quienes estaban en el interior del recinto, situado en la antigua estación de mercancías de Duisburgo, no se enteraron de la tragedia hasta horas después.
Belén, una joven vallisoletana, ha contado a RNE que para entrar sólo había un único acceso, una valla de obra, y que la gente "ya llegaba aplastada" hasta ella.
Alberto García, residente en Groningen (Holanda) cuenta que llegó al recinto con cuatro amigos sobre las 17.45, apenas media hora después del desastre. Junto al túnel "había gente sentada en el suelo y algunos llorando junto a algunas ambulancias, pero todo el camino despejado".
El español y sus amigos siguieron adelante y accedieron al recinto "sin hacer un minuto de cola". "Cuando entramos no sabíamos lo que había pasado y pensábamos que la policía y las ambulancias estaban allí porque habría algún herido, desmayos o problemas de alcohol, como de costumbre en estas fiestas", explicó García.
Cuando ya llevaban un par de horas bailando, se encontraron con otro grupo de españoles que les contaron que habían oído rumores de que en la entrada había habido una avalancha y habían muerto varias personas".
Otro español, el vasco Miguel Lopategui, señaló que realmente no se dieron cuenta de que algo grave había sucedido cuando les llegó un mensaje al móvil "preguntándonos si estábamos bien, pasadas las doce de la noche".
También este lunes se conoció que la Universidad de Münster, donde acababan de terminar sus dos semestres las españolas fallecidas, celebrará próximamente una misa funeral en su memoria.