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La juez manda a la cárcel a Alejandro de Abarca, presunto asesino de Ana Niculai en Mallorca

  • El presunto asesino confiesa que la mató con un chute de heroína
  • Su intención era comprar droga en el poblado de Son Banya
  • Su cuerpo apareció maniatado y calcinado en el maletero del coche

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El preso fugado y presunto autor de la muerte de la joven rumana Ana Niculai, Alejandro de Abarca, ha pasado a disposición del juzgado de guardia de Inca (Mallorca)
El preso fugado y presunto autor de la muerte de la joven rumana Ana Niculai, Alejandro de Abarca, ha pasado a disposición del juzgado de guardia de Inca (Mallorca).

La juez Laura Mestres ha ordenado el ingreso en prisión de Alejandro de Abarca, el Enano, como presunto autor del asesinato de Ana Niculai, cuyo cadáver quemó en la Albufera de Mallorca en el maletero del coche en el que la secuestró y de la que las acusaciones sospechan que abusó sexualmente.

Según han informado fuentes judiciales, tanto los abogados que representan a la familia y al novio de la joven rumana, como el fiscal consideran que De Abarca responsable de cinco delitos, de los que los más graves son los de asesinato y detención ilegal, y están pendientes de pruebas forenses aún no concluidas para agregar la acusación de agresión sexual.

Asimismo, el Enano, que ha asegurado que la joven murió a consecuencia de una inyección de heroína que él le puso, tendrá que responder de las acusaciones de robo, por la sustracción del coche de la víctima, conducción temeraria y quebrantamiento de condena, ya que cuando cometió estos hechos estaba fugado del centro de reinserción social en el que cumplía, en régimen de tercer grado, la última fase de una condena de 10 años por robo.

La jueza ha dictado prisión provisional comunicada para el detenido atendiendo la petición de las acusaciones, a la que no se ha opuesto la defensa de oficio del presunto asesino.

Reconstruccion de los hechos

La titular del juzgado de instrucción 3 de Inca, este miércoles en funciones de guardia y que se inhibirá en favor del juzgado número 1 de la misma localidad, ha tomado declaración desde las 13:30 a las 15:00 horas a el Enano, quien fue detenido el pasado lunes y que presuntamente asesinó a Niculai el 19 de julio.

Posteriormente, Mestres ha ordenado el traslado del detenido, junto con los abogados, el fiscal y agentes de la Guardia Civil, hasta la zona de la Albufera donde el lunes de la semana pasada se encontró el coche quemado del novio de la joven rumana con el cadáver carbonizado de ésta en el maletero para reconstruir los hechos.

Según ha explicado a EFE el abogado Antonio Montserrat, que ejerce la acusación particular en nombre de los nueve hermanos que la joven, de 25 años, tenía en España, el propósito era tratar de comprobar la veracidad de algunas de las afirmaciones de De Abarca, que en una declaración "muy incoherente" ha explicado que mantuvo atada a su víctima en varios lugares de la zona y ha llegado a asegurar que quemó el coche pensando que ella no estaba dentro.

"No ha servido para nada. Nos ha tomado el pelo a todos", ha indicado el letrado, quien, no obstante, ha precisado que el Enano ha reconocido los hechos esenciales: que retuvo contra su voluntad a la joven, según él para robarle el coche, que la desplazó hasta la Albufera y que le inyectó heroína, aunque sobre esta última confesión y sobre cuándo murió la mujer ha dado detalles confusos.

Niega los abusos sexuales

De Abarca, según Montserrat, ha negado en redondo que abusara sexualmente de Niculai, a la que asaltó a primera hora de la mañana en el aparcamiento donde la mujer solía dejar su vehículo, en este caso el que le había prestado su pareja, antes de abrir el bar que regentaba en Palma.

El abogado ha llamado la atención sobre el hecho de que una testigo protegida que ha declarado que vio a el Enano conduciendo el coche de la víctima con ella inmovilizada en el asiento de atrás cerca de donde fue secuestrada haya declarado este miércoles que avisó de ello a un agente de Policía, un hecho que Montserrat quiere que sea investigado para aclarar su pudo haber una actuación negligente.