Las luces y sombras del Sena llegan a Giverny de la mano de Maximilien Luce
- Se muestran 70 pinturas y diseños del neo-impresionista francés
- El museo de Giverny se recrea en la obra de este precursor del puntillismo
Las luces y sombras del río Sena captadas por el pincel del neo-impresionista francés Maximilien Luce llegan ahora al museo de Giverny que, desde este miércoles y hasta el próximo octubre, expone más de 70 pinturas y diseños de este precursor del puntillismo.
Se trata de la primera vez que este gran colorista, considerado uno de los artistas más estimulantes del neo-impresionismo, se da a conocer al público con motivo del festival "Normandía Impresionista".
Desde paisajes que muestran la vida en el puerto de Saint-Tropez hasta una vista panorámica de Londres, Luce (1858-1941) ocupa con sus sutiles pinceladas parte del museo ubicado en la localidad de Giverny, próxima a París, en la que Claude Monet se inspiró para pintar sus nenúfares.
La exposición se organiza cronológicamente y cuenta con una sección dedicada al diseño y a la ilustración y otra de carácter documental.
París, Saint-Tropez, Bretaña, Normandía o Londres son algunos de los lugares que fueron captados por el "pincel rápido y nervioso" de un pintor que, a través del arte, reivindicó un cambio político en una Francia marcada por las revueltas sociales, señalan los organizadores de la muestra.
Reflejos en el Sena y retratos
La pintura de Luce identifica su ímpetu por describir el mundo con pasión a través de efectos luminosos violentos en las sombras y crepúsculos que refleja en el Sena, añaden.
Más allá de los paisajes, una de sus especialidades, los retratos de amigos y algunos pintores relacionados con el neo-impresionismotambién aparecen en la exposición.
El trabajo en las industrias fue otro de los temas que llamó la atención del artista que dio su punto de vista sobre la Revolución Industrial a través de la contradicción del día y la noche, del esfuerzo humano y de la belleza.
Luce estuvo presente además en la transformación urbanística que sufrió París a manos del barón Haussman, quien convirtió la ciudad en la que conocemos hoy en día, caracterizada por grandes bulevares, espacios verdes y numerosos puentes que cruzan el Sena.
Seducido por este espectáculo, el pintor se fijó en la energía de los obreros que trabajaban por el cambio de París, y de ellos captó sus gestos y actitudes, sin olvidar las máquinas y herramientas.
La represión de Versalles contra la Comuna marca un antes y un después en la obra y en la mentalidad política del artista, quien dejó de lado los temas cotidianos a los que hasta ese momento se había dedicado y se decantó por la pintura comprometida por la historia. Ejemplo de ello es el episodio de cuadros que pintó sobre la ejecución de Eugene Varlin, un destacado comunero francés.
Con la Primera Guerra Mundial finaliza la sección cronológica de la exposición. De este periodo reflejó la resignación de las familias y el agotamiento de los soldados que viven y se cruzan en el París de Haussman.
Pero el recorrido para los visitantes no acaba ahí. Luce también dedicó tiempo a la producción gráfica, en la que a través de un diseño caracterizado por fuertes colores, exaltó, por ejemplo, la batalla sindicalista o el movimiento anarquista al que pertenecía.