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'Babilonia', un tributo de respeto a los que saben luchar contra la guerra

  • Babilonia, se representa en la Sala Triángulo de Madrid hasta el 31 de julio
  • La obra, dirigida por Fernando Soto, cuestiona la realidad de la guerra

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La reina de Babilonia, Amytis, se encuentra en un momento decisivo para su pueblo. Su reino está siendo atacado por los persas. Tras la muerte del Rey, debe tomar una decisión; y toma la que cree correcta, necesaria y honorable. La guerra.

Sin embargo, su país será vencido y devastado por un imparable conflicto. Amytis debe huir para salvar su vida y lo hace con la única compañía de una esclava, la niña Alitza, que tiene un extraño don.

Juntas emprenden un viaje hacia un nuevo horizonte donde se cruzarán con los desastres de la guerra, con su miedo, con su memoria, con la verdad.

Tan sólo dos actrices. Dos personajes. Dos mujeres que se encuentran en un lugar donde la vida no vale nada. En este viaje interior dejarán de ser la reina y la esclava para ser personas en medio de la guerra, dos personas que pueden morir en cualquier momento, cuando menos lo esperen.

Alguien dijo entonces que la guerra había terminado, pero aquella guerra continuó, nunca terminan, sólo hay que echar la vista atrás: Turquía, los Balcanes, Afganistán, Pakistán, Iraq... y es que, "todas las guerras son la misma guerra", apunta el director de la obra, Fernando Soto.

La guerra, un espectáculo mediático

Fernando Soto, vuelve a dirigir un trabajo de José Ramón Fernández, Babilonia, para mostrarnos la auténtica realidad de un desastre de tales dimensiones.

La obra se estrenó el miércoles en Madrid, en la Sala Triángulo y estará hasta el próximo sábado, 31de julio. Tras el periodo estival, continuará representándose.

El teatro nos permite decir cosas y cuestionar la realidad

La obra quiere mostrar que la guerra se ha convertido en una especie de espectáculo mediático al que nos hemos acostumbrado. Es muy fácil vivir acomodado pensando que la guerra es la única solución para resolver conflictos, cuando realmente debemos concienciarnos de que "una guerra es un hecho evitable", comenta Fernando.

La otra cara de la moneda

Un único decorado donde el rojo y el negro muestran los efectos demoledores de una catástrofe bélica.

Una sencilla escenografía para otorgarle importancia a la otra cara de la moneda: la lucha incansable de las víctimas por seguir adelante, "por intentar encontrar un atisbo de esperanza en medio de tanta locura", señaló el director.

Babilonia, una obra con gran intensidad dramática, trata de adaptar un guión demasiado denso, por lo que en algún momento de la escenificación, el espectador corre el peligro de caer en la indiferencia.

No obstante, la gran actuación de Paloma Mozo y de Almudena Ramos, consigue transmitir el miedo y la angustia que viven los verdaderos protagonistas de una guerra.

"En una guerra no hay buenos, ni malos"

Tan sólo bastan cien minutos para formular preguntas, para seguir pensando, para alcanzar una nueva perspectiva de conocimiento a través de la emoción.

En una guerra no hay ni buenos, ni malos, al final y al cabo todo son víctimas. Y aun así, la obra muestra que hay que dejar abierta una puerta a la esperanza. La misma puerta que abrieron todos aquellos que han sobrevivido a una catástrofe y hoy lo cuentan.

Por eso, "esta historia es un tributo de respeto a los que saben combatir contra la guerra viviendo y haciendo que la tierra dé fruto", argumenta Fernando Soto.