La reforma laboral endurece el despido objetivo y se aprueba con la abstención de CiU y PNV
- Se considera despido objetivo si la empresa tiene pérdidas y baja sus ingresos
- La reforma se aprueba con los 169 votos socialistas
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La reforma laboral se ha aprobado con 169 votos a favor y 165 en contra en la comisión de Trabajo del Congreso. El PSOE ha sido el único grupo que ha apoyado el texto que ha salido adelante gracias a la abstención de CiU y PNV. Por su parte, PP, IU-ICV-ERC y Grupo Mixto han votado en contra.
El grupo parlamentario socialista ha pactado una enmienda con el PNV por la que se concretan las causas económicas para el despido objetivo y que incluye la previsión de pérdidas a futuro o la disminución persistente de los ingresos que puedan poner en riesgo la viabilidad de la empresa. Antes solamente lo condicionaba a que la empresa atravesase una situación económica negativa.
En concreto, la nueva enmienda concreta que "se entiende que concurren causas económicas cuando de los resultados de la empresa se desprenda una situación económica negativa, en casos tales como la existencia de pérdidas actuales o previstas, o la disminución persistente de su nivel de ingresos, que puedan afectar a su viabilidad o a su capacidad de mantener el volumen de empleo".
Y añade que "a estos efectos, la empresa tendrá que acreditar los resultados alegados y justificar que de los mismos se deduce la razonabilidad de la decisión extintiva para preservar o favorecer su posición competitiva en el mercado".
El Gobierno también acepta emprender en seis meses la reforma de la negociación colectiva de acuerdo con las organizaciones empresariales y sindicales, revisando sus mecanismos para adaptarlos a las necesidades de las trabajadores.
20 días de indemnización
La reforma laboral generaliza la utilización del contrato de fomento de la contratación indefinida, que tiene una indemnización por despido de 33 días por año trabajado, en lugar de los 45 que se cobraban hasta ahora. Además, el Estado, a través del FOGASA, se hace cargo del pago de ocho días en todos los casos.
Las empresas podrán despedir con 20 días de indemnización en caso de tener una "situación económica negativa". Esta expresión se concreta ahora en "pérdidas actuales o futuras o disminución de ingresos que pongan en peligro la viabilidad de la empresa".
Por otra parte, se incrementa de dos a tres años la duración máxima de los contratos temporales por obra o servicio, y las empresas de trabajo temporal (ETT) podrán actuar en la colocación de parados en el sector de la Administración Pública.
El próximo paso, el Senado
La comisión de Trabajo del Congreso, donde se hoy se han aprobado las enmiendas, tiene competencia legislativa plena, por lo que se remitirá directamente al Senado sin pasar por el pleno. Si todo sigue su cauce, la votación se producirá en la cámara alta en la segunda quincena de agosto.
En caso de que el proyecto de reforma laboral no sufra ninguna modificación en el Senado entrará en vigor inmediatamente. Sin embargo, si esta cámara introduce alguna enmienda, el texto volverá al Parlamento para ser ratificado por el pleno.
Descontento de los grupos
En la comisión de Trabajo del Congreso, el portavoz del PP, José Ignacio Echániz, ha recordado la reforma laboral del PP que fue "consensuada, inteligente, prudente y que creó cinco millones de empleos" y ha criticado que la actual reforma "ya es más conocida por lo que no reforma que por los pequeños detalles que modifica". A su juicio, es una reforma "huérfana de respaldo político y social, y al final no se contenta a nadie".
El portavoz de Izquierda Unida en el Congreso, Gaspar Llamazares, va a votar en contra porque facilita el despido objetivo como mecanismo de competitividad y "abarata el despido hasta que financia en un ejercicio de malversación de fondos públicos el despido improcedente". Añade que "no se trata de una poda para que el arbol crezca más fuerte. Esta reforma es una tala del débil árbol de los derechos de los trabajadores, que se convierte día en día en un bonsai".
El diputado de ERC, Joan Tardá, sostiene que España será a Europa lo que México es para Estados Unidos, es decir, "una maquila de mano de obra barata contra los derechos de los trabajadores". Según Tardá, los socialistas han ido hacia el abaratamiento del despido objetivo de 20 días, mientras que la enmienda de ERC demanda que "sólo se pueda despedir por razones de extricta supervivencia de la empresa ante una situación de crisis".
Olabarría ha apuntado que esta reforma es "otra vuelta de tuerca en este avance hacia la desestructuración que justifica que existe el derecho del trabajo. Si no evitamos esta reforma, que genera conflictividad, ocurrirá lo que sospechamos, el derecho de trabajo acabará desapareciendo".
Crispación sindical
Aunque los grupos negociarán hasta última hora, las propuestas conocidas han vuelto a ser rechazadas por los sindicatos, que han acusado a los grupos de derechas de trabajar para la patronal y han reafirmado la convocatoria de la huelga del 29 de septiembre.
Los sindicatos han calificado de "auténtica aberración" el texto de la reforma laboral.
"De la resignación se puede pasar a la crispación fácilmente, y sólo hay un pasito", dijo ayer el secretario general de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo.
El Gobierno, que con esta ley de medidas urgentes pretende ayudar a las empresas con dificultades y acelerar la salida de la crisis, aprobó la reforma por decreto una vez se cumplió el ultimátum dado a los agentes sociales para alcanzar un acuerdo.
En su día, el Congreso ya convalidó el decreto (con la abstención de PP, CiU y PNV) aunque decidió que fuera tramitado como proyecto de ley para poder incorporar enmiendas.