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Duisburgo despide en un multitudinario funeral a las víctimas del festival 'Loveparade'

  • Ha estado presidido por la plana mayor de la política germana
  • El alcalde de la ciudad no ha asistido "para evitar tensiones"

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Funeral por las víctimas del 'Loveparade'

 La ciudad alemana de Duisburgo ha acogido este sábado a los miles de asistentes que han acudido a los funerales por las víctimas de la "Loveparade", presididos por la plana mayor de la política germana, una semana después de la tragedia que ha sumido al país en el dolor y la indignación.

La iglesia evangélica del Salvador, donde se ha celebrado el oficio ecuménico, amaneció acordonada, lo mismo que los accesos al túnel donde hace una semana murieron aplastadas entre la multitud 21 personas, entre ellas las españolas Clara Zapater y Marta Acosta, y otras 500 resultaron heridas.

"El 'Loveparade' se convirtió en un baile de muerte", ha afirmado con emoción Nikolaus Schneider, jefe de la Iglesia protestante alemana.

 

A la ceremonia, que ha empezado a las 11.00 horas, han asistido la canciller Angela Merkel, el presidente del país, Christian Wulff, y la primera ministra del "Land" de Renania del Norte-Westfalia, Hannelore Kraft, así como representantes del Parlamento y del resto de las altas instituciones del país.

La primera ministra del "Land" alemán ha instado a actuar "con sentido del deber" en el esclarecimiento de la tragedia en la que murieron 21 "personas jóvenes, llenas de vida" de Alemania y de otras partes del mundo.

"Tenemos un deber hacia quienes perdieron a los suyos", ha afirmado Kraft, en su discurso en la iglesia de Duisburgo, para recordar que entre esas víctimas había jóvenes "llegados de Italia, Holanda, Bosnia, China y España", en alusión a los ocho extranjeros muertos en la multitudinaria fiesta "tecno".

Presiones y críticas

El oficio ha sido retransmitido en directo desde otras 14 iglesias de la ciudad y el estadio de fútbol de Duisburgo, para dar cabida a las decenas de miles de personas que lo han seguido desde la ciudad, así como por las dos cadenas de la televisión pública, ARD y ZDF, y varios canales de información privados.

Merkel, que no ha hablado en la ceremonia, ha interrumpido sus vacaciones del verano para asistir al funeral en un momento en el que la presión sobre el alcade de Duisburgo, Adolf Sauerland, miembro de su partido, está tocando techo.

Una semana después de la tragedia en la más multitudinaria fiesta tecno del mundo, las críticas se centran tanto en la gestión del alcalde como en el organizador, Rainer Schaller, al que apuntan como responsable directo de lo ocurrido los informes, aún provisionales, de la policía y la fiscalía.

Sauerland, de la Unión Cristianodemócrata Alemana (CDU) que preside Merkel, se ha negado hasta ahora a dimitir, pese a las presiones de su propio partido para que asuma las consecuencias, en tanto que responsable político de lo ocurrido en su ciudad.

El alcalde ha insistido en que no firmó la autorización de la fiesta, pero tanto desde la CDU como de su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) se ha recordado que eso no le inhibe de la responsabilidad.

El alcalde no ha asistido al funeral

En los medios se ha apuntado a que él se obstinó en que Duisburgo acogiera el festival, desoyendo las advertencias en contra del estamento policial y los bomberos, por considerar que ello daría proyección internacional a la ciudad.

Contra Sauerland se inició este mismo viernes un proceso de destitución a solicitud de La Izquierda y el Partido Liberal (FDP), ambos en la oposición en el consistorio, pero al parecer el alcalde se aferra a su cargo, según los medios, porque está en juego su pensión.

Ni el alcalde, ni el organizador han acudido al oficio religioso, por razones de seguridad y por respeto a las víctimas, según han explicado ambos, ya que su presencia podría desatar tensiones.

Del total de 511 heridos en la tragedia, 25 siguen hospitalizados.