Dos terroristas obligan a un taxista a explotar una bomba junto a una comisaría en Irlanda del Norte
- El atentado se ha atribuído a disidentes del inactivo IRA
- No se han registrado víctimas mortales ni heridos
Todo apunta a que el coche bomba que ha explotado en la noche del lunes junto a la comisaría de la localidad de Derry, en Irlanda del Norte, es obra de grupos disidentes del inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA).
Sin embargo, esta vez, no han sido ellos mismos quienes han aparcado el coche junto al edificio, sino un taxista al que habían secuestrado.
Dos hombres armados obligaron al hombre a conducir su taxi con la bomba a bordo hasta la comisaría de la Policía norirlandesa (PSNI). Tras abandonar el coche, el taxista llamó por telefóno a la Policía y dio la voz de alarma justo antes de la explosión.
Aumentan los ataques de grupos nacionalistas disidentes
La Policía mantiene acordonados los alrededores de la comisaría. Aunque la acción terrorista ha causado importantes daños materiales, no se registraron heridos. El artefacto ha explotado hacia las 04.20 hora peninsular española y ha dañado los muros de la comisaría y algunos edificios colindantes.
El pasado mes de mayo, otra bomba de mortero fue lanzada contra esta misma comisaría de Derry, aunque el artefacto sólo impactó contra el muro defensivo y no llegó a explotar.
Los ataques, a menudo dirigidos a la policía, han aumentado desde los grupos nacionalistas disidentes que buscan una Irlanda unida. En marzo de 2009 mataron a dos soldados en un cuartel del ejército en el condado de Antrim, al noroeste de Belfast y, al día siguiente, a un oficial de policía.
La mayoría de los analistas coinciden en que los grupos no son una amenaza gran amenaza para el acuerdo de paz que terminó, en gran medida, con la violencia entre los nacionalistas católicos y unionistas protestantes de Irlanda del Norte, que quieren seguir formando parte del Reino Unido.
Un conflicto que ha costado más de 3.600 vidas
El ataque ha seguido a la publicación en junio de un informe en el 1972 los homicidios cometidos por las tropas británicas de 13 manifestantes en el Domingo sangriento que parece haber hecho mucho por curar las divisiones entre católicos y protestantes de la ciudad.
El alcalde de Derry, el nacionalista Colm Eastwood, ha atribuído el atentado a los disidentes del IRA opuestos al proceso de paz, al tiempo que ha celebrado la ausencia de víctimas mortales dada la naturaleza del ataque. Ha añadido que el tiempo entre la llamada de advertencia de colocacíon de la bomba y la explosión fue tan corto que no pudieron evacuar a algunas personas de la zona.
Su compañero de partido Mark Durkan, ex líder del SDLP, calificó la acción de "cobarde, peligrosa y vulgar", aunque recalcó que los responsables "no conseguirán nada con su campaña de violencia".