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Las inundaciones de Pakistán destruyen la principal región agrícola del país

  • La catastrofe se ha extendido al sur donde se concentran los cultivos
  • Pakistán pide ayuda humanitaria a la comunidad internacional

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Pakistán necesita ayuda y alimentos para evitar los brotes epidémicos

Pakistán vive una situación "muy crítica". Las inundaciones, que ya han dejado alrededor de 1.500 muertos y más de 3.000 damnificados, continúan extendiéndose.

El río Indo, el más importante del país, después de asolar la provincia noroccidental de Khyber-Pakhtunkhwa, ha perjudicado ahora a las de Punjab y Sindh, al sureste. Este hecho complica la situación ya que la zona es el principal centro agrícola del país, lo que ha dañado a una cantidad ingente de cultivos.

Por su parte, la ayuda humanitaria está luchando para evitar que se expandan brotes epidémicos entre la población, sobre todo entre los más pequeños.

UNICEF ya alertaba de este riesgo de propagación de enfermedades transmitidas por el agua en mal estado,  por lo que las ONG de todo el mundo recogen agua potable, materiales de saneamiento y kits de higiene para intentar abastecer y ayudar al mayor número de damnificados.

"Áreas enormes del país se encuentran bajo un océano de agua  contaminada. El riesgo de enfermedades transmitidas por el agua en mal  estado es alto si no actuamos rápido. Nuestro objetivo es proporcionar  agua potable y construir letrinas de emergencia para cientos de miles de  personas", ha añadido el director de Intermón Oxfam en Pakistán, Neva Khan.

Las inundaciones en Pakistán incrementan el riesgo de epidemias

Además los desplazamientos y la falta de alimentos propician que enfermedades como la diarrea sea una sentencia de muerte para los niños. Estas organizaciones están haciendo todo lo posible por evitar esta propagación, pero la falta de electricidad está paralizando su trabajo.

"Tenemos planes de  contingencia y de abastecimiento para responder con celeridad a  desastres como éste, pero la falta de electricidad nos está creando  muchos problemas. Sin electricidad no podemos extraer agua de los  pozos, así que tenemos que optar por generadores y estamos realizando  reparaciones rápidas a los sistemas de agua que han sido dañados", ha señalado.

Lo peor está aún por llegar

De cumplirse el pronóstico de lluvias para los próximos días, la magnitud de la catástrofe podría aumentar, debido a la apertura de las puertas de los embalses. Por su parte, la mayor parte de los damnificados saben que tienen que pasar más noches de lluvia al raso.

Aún así, las precauciones no funcionan. En Sindh, tras días preparándose para las inundaciones, el río ya ha inundado completamente entre 35 y 40 localidades. Por su parte los equipos de rescate están lanzando desde helicópteros chalecos  salvavidas y barcas para atender a "toda la gente que sea posible".

Neva Khan mantiene que todavía no ha llegado lo peor. "Ésta es la peor inundación que se recuerda y es probable que empeore a medida que los ríos y las presas alcancen niveles peligrosos", ha declarado.

España, como el resto de países, ya comienzan a movilizarse para aportar su "grano de arena".

Desde la base militar de Torrejón de Ardoz, en Madrid, ya está todo preparado para que la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo junto con el Ministerio de Asuntos Exteriores, envien un avión repleto de cargamento humanitario.

Desde el Vaticano, el Papa Bendicto XVI ha enviado un mensaje de solidaridad y ha solicitado a la comunidad internacional para afrontar las catástrofes naturales que están devastando Rusia y Pakistán.

"Mi pensamiento está con las poblaciones afectadas en este periodo por graves calamidades naturales, que han causado pérdidas de vidas humanas, heridos y daños y han dejado sin viviendas a miles de ellas. Pienso en los vastos incendios en la Federación Rusa y los devastadores aluviones en Pakistán", ha afirmado Benedicto XVI.

Desolador panorama en el valle del Swat

El valle del Swat es una de las zonas más afectadas, no sólo por las inundaciones sino por el conflicto previo que devastó la zona.

"Estas personas se vieron obligadas a dejar su hogar para escapar del conflicto. Justo acababan de regresar y trataban de retomar sus vidas con total normalidad, y pasa esto, esta catástrofe. Ahora están de nuevo sin vivienda y necesitan ayuda otra vez", ha explicado Khan.

Aún así, de momento no hay prioridades a la hora de recibir las ayudas. Por lo menos hasta que no se calme este desolador panorama.