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El primer disidente cubano que sale de España llega a Chile acompañado de su familia

  • A su llegada ha recibido una casa en la capital y ofertas de trabajo
  • Sus compañeros han escrito al Defensor del Pueblo para quedarse en Madrid

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Los ex presos cubanos no sólo quieren España como lugar idóneo para su asilo político.

Este miércoles, José Ubaldo Izquierdo Hernández pisaba tierra firme del aeropuerto de Santiago de Chile, después de permanecer unos días junto a sus compañeros en el hotel de Alcorcón, Madrid.

Es el primero de los 20 cubanos que abandona nuestro país después de haber recibido el apoyo del Gobierno español, pero visto lo visto quizás no sea el último. Nada más llegar a Sudamérica, Izquierdo ha conseguido una casa a su disposición en la capital y varias ofertas de empleo.

El Gobierno chileno está facilitando, en todo lo posible, la integración del periodista de 44 años en el país. Junto a su familia, se acogerá al programa de ayuda para inmigrantes del Ministerio del Interior, además de contar con el apoyo de la Fundación de Ayuda Social de las Ayudas Cristianas (Fasic).

De la misma manera que Izquierdo tiene ofertas en los ayuntamientos de la región Isla de Maipo, como periodista o funcionario, a su familia también le sonríe la suerte. Con el sueldo mensual del periodista (aproximadamente 583 euros) podrán sufragar los gastos de alimentación y ropa.

Además a su suegro le han ofrecido un empleo como conductor.

España, ¿el mejor destino?

A diferencia de sus compañeros, Izquierdo ya ha conseguido mucho más por parte del Gobierno chileno que lo que están recibiendo sus compañeros que se han quedado en España.

20 presos disidentes cubanos llegan a España

Además, gracias a la colaboración de las Damas de Blanco, el grupo opositor al  régimen cubano, Izquierdo dispondrá de una visa de residencia temporal y  podrá solicitar la condición de refugiado político.

Por otro lado,  el pasado martes, el resto de exiliados, en concreto seis de ellos, presentaron un escrito ante el Defensor del Pueblo con el fin de que les dé amparo para poder quedarse en Madrid y no ser trasladados a centros de acogida de otras ciudades españolas.

De esta manera, alguno de los presos ha comparado su estancia en España como estar "en una cárcel, pero sin barrotes". De manera individual, Gálvez ha denunciado que se les está "presionando" para marcharse de la capital.