El Gobierno defiende a la Policía de las acusaciones de racismo por Marruecos
- Rabat acusa a los agentes fronterizos españoles de maltrato a dos marroquíes
- También denuncian que la Guardia Civil lanzó al mar a ocho inmigrantes
La Delegación del Gobierno en Melilla ha destacado el "respeto a la legalidad" de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que prestan servicio en los puestos fronterizos que enlazan la ciudad autónoma con Marruecos.
En un comunicado, la Delegación del Gobierno ha respondido de este modo al Ejecutivo marroquí, que el sábado denunció dos nuevos supuestos incidentes en uno de los puestos fronterizos de Melilla y calificó de "peligroso giro racista" este tipo de sucesos.
La Delegación del Gobierno ha resaltado la profesionalidad y respeto a la legalidad de las Fuerzas de Seguridad del Estado, que "velan por los derechos de todas las personas sin ningún tipo de distinción" y "garantizan la seguridad de los ciudadanos mediante el cumplimiento de los requisitos y normas de carácter documental, fiscal y de orden público, imprescindibles en los puestos fronterizos".
Dos supuestos incidentes contra ciudadanos marroquíes
Según ha informado la institución gubernamental, el primer incidente ocurrió en la madrugada del jueves, alrededor de las 00:30 horas, y en él resultó herido un policía español, que recibió un golpe en la mano y un puñetazo en el rostro. La Delegación no ha facilitado detalles sobre el carácter de las lesiones, ni tampoco si el agente precisó atención sanitaria.
Este incidente se originó, según la Delegación del Gobierno, cuando un ciudadano marroquí identificado como I.A. se disponía a salir de Melilla por el puesto fronterizo de Beni-Enzar mostrando "síntomas de ebriedad".
Agrega que este marroquí "comenzó a insultar sin motivo alguno" a los funcionarios de la Policía Nacional que estaban prestando servicio en la frontera, por lo que un agente le pidió que se identificara "para proceder a la correspondiente sanción gubernativa por la actitud mantenida", instante en el que I.A. agredió al policía actuante.
"Acto seguido, el agresor fue detenido, instruyéndose diligencias y pasando a disposición judicial bajo la acusación de un delito de atentado contra agente de la autoridad".
Marruecos refuta la versión de la Policía
La versión del Ejecutivo marroquí sobre este altercado fue que un policía español supuestamente no respetó la línea de demarcación del puesto de Beni-Enzar para perseguir a un ciudadano identificado como Ibrahim Abana, y que cuando un agente marroquí intentó interponerse, otros tres españoles ayudaron a su compañero y "agredieron a la víctima con sus porras".
Respecto al segundo incidente denunciado por el Ejecutivo marroquí, que supuestamente tuvo lugar el sábado por la mañana, la institución gubernamental asegura que "no existe constancia de que se produjese ninguna intervención en la que estuviese involucrada alguna persona identificada con el nombre que cita la noticia publicada por la agencia de noticias marroquí".
El Gobierno de Marruecos informó el sábado de que Mohamed Hamdaui, residente en la localidad septentrional de Nador, fue agredido por la mañana en el puesto fronterizo de Beni-Enzar por un agente español que le golpeó con su porra y le pisoteó, causándole "una fractura en el brazo y varios moratones en su cuerpo".
La Delegación del Gobierno explica que "la única incidencia reseñable" en el puesto de Beni-Enzar durante la jornada del sábador fue la denegación de entrada a Melilla a un individuo que, a las 07:00 horas, mostró "una actitud provocadora e insultante" hacia los agentes de Policía y se negó a identificarse ante ellos.
Ante esta situación, según la Delegación, este individuo "permaneció junto al torno de entrada profiriendo insultos contra los agentes españoles, siendo necesaria la intervención de la policía marroquí para que depusiera su actitud".
También se acusa a la Guardia Civil
Además, el Gobierno de Marruecos condenó vigorosamente el viernes la actuación de efectivos de la Guardia Civil española que habrían golpeado a ocho inmigrantes subsaharianos que fueron abandonados en una condición "crítica" en aguas marroquíes.
"Una patrulla de la Guardia Civil española abandonó el viernes, 6 de agosto a las 07.00 de la mañana frente a las costas marroquíes a la altura de la comuna rural de Belyunech a ocho inmigrantes procedentes de países del Africa subsahariana en un estado de salud crítico", denuncia el comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación marroquí. Se trata de cuatro cameruneses, un senegalés, un chadiano, un ghanés y un gabonés.
"Ante esta situación aberrante e inhumana, las autoridades de la provincia de M'Diq-Fnideq intervinieron para salvar y evacuar a estos inmigrantes al hospital provincial para prestarles atención médica de urgencia y encargarse de ellos", explica.
El gobierno del Reino de Marruecos, afirma el comunicado, "toma nota con pesar y asombro de este comportamiento inhumano, en total contradicción con el respeto de la dignidad humana y los Derechos Humanos (...) que refleja en realidad la propensión racista que marca las intervenciones de la Guardia Civil española".
Uno de los inmigrantes, un joven camerunés de 30 años, relató que apenas llegaron a la costa de Málaga a bordo de una embarcación fueron detenidos por agentes de la Guardia Civil que los trasladaron a bordo de un barco y les arrojaron al mar junto a sus pertenencias, ya en las costas marroquíes. "Nos han amenazado, torturado, e insultado", afirmó, según recoge MAP.
Los responsables del hospital Hassan II de Fnideq indicaron que los ocho subsaharianos sufren hipotermia, deshidratación y traumas físicos y psíquicos.
En respuesta, un portavoz de la Dirección General de Comunicación Exterior del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación español indicó que "tiene constancia del comunicado del Gobierno marroquí" y dijo que ya se está recabando información sobre lo ocurrido.