Rajoy, Blanco y Feijóo coinciden en la plaza de Pontevedra y en la defensa de los toros

• El líder del PP y el ministro han rechazado la prohibición de las corridas

Blanco, acompañado por el delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro (dcha.), y por el secretario del PSOE en Pontevedra, Modesto Pose, en la barrera de la plaza de Pontevedra.

El presidente del PP, Mariano Rajoy, el ministro de Fomento, José Blanco, y el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, han coincidido en la plaza de toros de Pontevedra y en la defensa de las corridas, sólo unos días después de que Cataluña haya decidido su final.

Rajoy ha dicho antes de entrar a la plaza que él "no prohibiría los toros" y ha lamentado que en España "se prohíben demasiadas cosas". El líder del PP ha recordado que asiste a la feria de La Peregrina desde hace 28 años, cuando por entonces empezaba su carrera política en Pontevedra.

“Aquí estoy apoyando la fiesta y a favor de la libertad de cada cual de decidir“

Por su parte, el ministro de Fomento, José Blanco, que también ha asistido a esta corrida, ha dicho igualmente a la entrada que acudía para disfrutar "de una excelente jornada de toros". "Aquí estoy apoyando la fiesta y a favor de la libertad de cada cual de decidir de acuerdo con lo que cree conveniente", ha declarado el número dos del PSOE.

También se ha pronunciado al respecto el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que ha expresado su deseo de que en Galicia "no se planteen" iniciativas legislativas que "coarten, limiten o disminuyan los derechos y la libertad de la gente".

Los tres políticos fueron agasajados por los toreros con respectivos brindis. Juan José Padilla brindó el primer toro a Feijóo, Miguel Abellán, el segundo a Blanco, y Luis Bolívar el tercero a Rajoy. El ministro fue abucheado mientras que el líder de la oposición recibió aplausos, informa Europa Press.

El 28 de julio, Cataluña se convirtió en la segunda comunidad autónoma después de Canarias donde se prohíben las corridas de toros, tras triunfar en el Parlament una iniciativa legislativa popular por 68 votos contra 55, con divisiones dentro de algunos partidos, como el PSOE.