Los ruandeses 'coronan' a Kagame con un apoyo masivo de más del 90% de los votos
- El actual presidente estará al frente del Gobierno siete años más
- Residentes de la capital denuncian que les han obligado a votarle
El presidente de Ruanda, Paul Kagame, ha logrado un apoyo masivo en las urnas con más de un 90% de los votos para un segundo mandato de siete años en unas elecciones marcadas por las denuncias de represión de los disidentes.
Se esperaba que los ruandeses votasen de manera abrumadora por Kagame en las elecciones del lunes, en parte por el crecimiento económico que experimenta el país y por la estabilidad que le ha dado en los diez años que lo ha gobernado, aunque tambien por las duras medidas tomadas contra los opositores y críticos de su Gobierno.
En concreto, los resultados preliminares de la Comisión Nacional Electoral, proyectados en una pantalla gigante en el estadio de la capital del país, Kigali, muestra que en 11 de los 30 distritos electorales Kagame ha conseguido 1,610.422 votos de los 1.734.671 emitidos.
"Es una auténtica coronación de Kagame. No creo que se le pueda llamar unas elecciones auténticas", asegura Muzong Kodi, analista del think-tank británico Chatham House a la agencia Reuters.
"No es la forma en la que las elecciones han sido organizadas, es que los resultados estaban decididos desde hace meses por la forma en la que la oposición ha sido tratado, por la forma en la que los disidentes han sido reprimidos", añade Kodi.
La presencia de Kagame en España provocó una fuerte polémica, al ser perseguido por la Audiencia Nacional por Crímenes contra la Humanidad durante el genocidio de Ruanda en 1994, lo que provocó que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cancelase un encuentro con él en el marco de una cumbre preparatoria de los Objetivos del Milenio, celebrada en Madrid.
Celebraciones en Ruanda
Los seguidores de Kagame, que ha estado en el poder desde que su ejército rebelde consiguió el poder y acabó con el genocidio de 800.000 tutsis y hutus moderados en 1994, lo proclamaron su héroe mientras celebraban su victoria en el estadio.
"Estamos aquí para celebrarlo porque creo que Paul Kagame ganó las elecciones y es un jéroe y quiero apoyarlo en todo su camino", decía Alice Kamanzi, una de sus seguidoras.
Kagame respondió bailando con su familia y agradeciendo a los seguidores reunidos en el estadio Amahoro, donde miles de tutsis buscaron refugio durante el genocidio.
Más de cinco millones de ruandeses estaban llamados a las urnas para elegir a un nuevo presidente, que estará al frente del país durante los próximos siete años. Oficiales de Ruanda afirman que es posible que los resultados definitivos de los comicios sean publicados este martes.
Aunque durante la jornada electoral se ha vivido un clima tranquilo y distendido, algunos residentes de la capital afirman que oficiales del Frente Patriótico Ruandés (RPF), el partido de Kagame, les han obligado a votar a su líder.
Kagame ha sido presidente de Ruanda desde el 2000 y ganó las primeras elecciones democráticas tras el genocidio en 2003 con un 95% de los votos.
A pesar de sus pobres recursos, Ruanda es una estrella creciente entre los donantes e inversores en África y Kagame, que cuenta con fuertes lazos con Estados Unidos, es visto como un líder visionario y un icono africano.
Sin embargo, a pesar de que sus vecinos y los donantes estarán satisfechos con estos resultados, algunos analistas consideran que la principal labor de Kagame es reconstruir de manera definitiva su polémica imagen.
Salvador para uno y dictador para otros
Paul Kagame es percibido por muchos de los ciudadanos de Ruanda como el salvador del país, después de que pusiera freno al genocidio de 1994 como líder del RPF y de que estabilizase la región y potenciado su economía.
El proceso ha contado con la participación de cerca de 1.500 observadores para asegurar un proceso electoral justo y transparente, pero la oposición acusa a Kagame de represión continua.
El pasado mes de abril, dos periódicos ruandeses fueron suspendidos, y en junio un periodista crítico con el Gobierno de Kagame fue asesinado de un tiro en la cabeza, mientras que en julio un prominente miembro de la oposición fue decapitado.
Por otra parte, tres de los partidos opositores no pudieron registrarse para participar en los comicios presidenciales, y dos líderes de otros partidos políticos fueron arrestados y acusados de incitar el odio étnico y negar el genocidio.