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La asamblea de controladores deberá refrendar el acuerdo con AENA

  • USCA quiere hacer la consulta el martes para despejar el camino al Convenio Colectivo
  • El acuerdo firmado el viernes pone fin a cinco meses de conflicto

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La asamblea de los controladores debe refrendar el próximo martes el acuerdo firmado el viernes por la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) y Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), según han informado fuentes del sindicato.

Aunque, según los plazos fijados en la negociación, tanto AENA como USCA se han dado un periodo para que el acuerdo sea aprobado, en el primer caso por los trabajadores, y en el segundo por la abogacía del Estado, los controladores lo harán a principios de semana.

Un portavoz de USCA ha indicado que se quiere llevar a cabo esta consulta lo antes posible para dejar el camino libre de cara a las negociaciones por el nuevo convenio colectivo que comenzará a mediados de septiembre.

Tal y como anunciaron el viernes en la firma del acuerdo básico, los presidentes de AENA, Juan Lema, y de USCA, Camilo Cela, lo deseable es el que II Convenio Colectivo del sector esté negociado y firmado antes de que finalice el año.

El acuerdo puede estar cerca

El documento de "base" pactado y firmado por los dos máximos representantes de AENA y USCA, tras una negociación que ha durado más de cinco meses, en una mesa integrada por seis miembros del ente público y diez de los controladores, permite a Fomento reducir las tasas de ruta un 15%, y a los trabajadores mejorar la carga de trabajo, aunque sea a costa de una reducción salarial.

El acuerdo, que se ha basado en la tabla reivindicativa de doce puntos presentada por USCA, se enmarca en la ley de 14 de abril sobre la prestación de los servicios de navegación aérea, así como en el Real Decreto sobre los tiempos de actividad y descanso aprobado hace unas semanas.

Máximo, 1.670 horas al año

Respecto a la jornada laboral, uno de los principales escollos que plantearon en la negociación los controladores, se ha establecido que será de un máximo de 1.670 horas anuales, como recoge la ley, a la que se añadirán 80 horas extras.

Asimismo los turnos se programarán teniendo en cuenta la carga de cada dependencia, por lo que se establecen cuatro categorías de centros de trabajo en función de las horas necesarias para garantizar la prestación del servicio.

En la primera categoría se incluyen las dependencias que requieren 1.200 horas de jornada; en la segunda, 1.300 horas, en la tercera, 1.400 y en la cuarta 1.500.

La cobertura de bajas o de cualquier tipo de incidencia será cubierta por los servicios de guardia localizada junto a los turnos normales.

Aquellas incidencias que se produzcan 48 horas antes del inicio del servicio se cubrirán de forma voluntaria, con la limitación de dos servicios al mes y hasta agotar las 80 horas extras que permite la ley.

El salario medio, 200.000 euros al año

El segundo punto conflictivo era el de las retribuciones, que se ha fijado en un salario medio anual de 200.000 euros, lo que supone, una rebaja de un 40% con respecto a la media anterior anual que estaba en torno a los 350.000 euros.

La masa salarial prevista para este colectivo en 2010 es de 480 millones de euros, y con cargo a ella se abonará el seguro contemplado en el capítulo de acción social.

Para el conocimiento exacto de la carga de trabajo se efectuará una auditoría de las capacidades de los sectores y torres de control en la que participará Eurocontrol.

La situación de los mayores de 57 años, que de acuerdo con la ley de 14 de abril deben abandonar las labores operativas, se ha solucionado al ofrecer AENA tareas no operativas a los mismos.

También se creará un grupo de trabajo con Aprocta (la asociación profesional de controladores) para proponer mejoras respecto a la configuración de referencia de cada una de las dependencias, y llevar adelante cursos de formación.

La firma de este acuerdo pone fin a cinco meses de tira y afloja entre AENA y los controladores, quienes el pasado martes anunciaron que no irían a la huelga en el mes de agosto, una condición que AENA les había exigido para sentarse a negociar.