El control del déficit de EE.UU. se gana un lugar en la agenda de Obama
- Advierte que hay que buscar formas para controlar el déficit a largo plazo
- Este ejercicio fiscal terminará con un endeudamiento del 10% del PIB
Obama empieza a prestar atención al déficit público estadounidense. Después de pasar meses impulsando el gasto federal en múltiples programas de estímulo de la economía, el presidente estadounidense ha advertido este miércoles que el país debe buscar formas para "poner bajo control" su déficit a largo plazo sin por ello arriesgar la incipiente recuperación económica.
"Los consumidores no van a comenzar a gastar hasta que no tengan una mayor confianza en la fortaleza económica", ha advertido Obama en un mitin celebrado en Ohio, dentro de la campaña electoral de los comicios legislativos que renovarán por completo la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.
Precisamente, esa carrera electoral puede ser el motivo principal para que el presidente norteamericano haya optado por empezar a encarar el problema del inmenso déficit público, una de las armas más utilizadas por los republicanos en su estrategia electoral, en la que tachan a la Administración Obama de derrochadora.
Nuevo récord desde la II Guerra Mundial
A finales del mes pasado, la Oficina Presupuestaria de la Casa Blanca informó de que el déficit previsto para el año fiscal que concluye el próximo 30 de septiembre va a ser más bajo de lo que se calculó en un principio: se mantendrá en el mismo porcentaje que el ejercicio pasado (10% del PIB), aunque en cifras supondrá un nuevo récord desde la II Guerra Mundial, ya que superará 1,45 billones de dólares (1,15 billones de euros).
Sin embargo, lo más preocupante de los nuevos cálculos hace referencia al déficit anunciado para el próximo ejercicio fiscal, que será mayor a lo previsto en un principio debido a la persistente debilidad de la economía de Estados Unidos.
Así, la Casa Blanca ha tenido que revisar su anuncio de febrero -cuando preveyó un déficit de 1,42 billones de dólares para el ejercicio 2010-2011- e incrementarlo en 150 millones de dólares, lo que supone que se situará en el 9,2% del PIB.
Sin poner en peligro la recuperación
Según algunos economistas, esos elevados niveles de endeudamiento del Gobierno Federal no son sostenibles a largo plazo, porque su persistencia en el tiempo puede poner en peligro la economía.
Esa corriente económica contrasta con otra que apuesta por prolongar el gasto público para alimentar y reforzar el crecimiento económico, favoreciendo la creación de empleo y el impulso del consumo y, sólo después de lograr esos objetivos, empezar a preocuparse por reducir el déficit.
Con las palabras de este miércoles, Obama estaría empezando a buscar esos caminos para disminuir el gasto, aunque con la intención de aplicarlos a largo plazo y siempre que no perjudiquen la recuperación.
Además, estas declaraciones llegan al día siguiente de que la agencia de calificación de riesgos Moody's advirtiese que los problemas presupuestarios de Estados Unidos podrían poner en peligro la máxima nota de la que disfruta el país, la triple A. En su opinión, la estabilización de la deuda estadounidense "está en sus primeros balbuceos".
Necesidad de sanear el mercado inmobiliario
En el mismo discurso en Ohio, Obama también ha reconocido que el exceso de construcción de viviendas registrado durante la burbuja inmobiliaria no sólo fue una de las causas de la actual crisis, sino que también está ralentizando la recuperación.
"El mercado inmobiliario todavía es un gran agujero de la economía", ha advertido el presidente. "Nos va a costar bastante tiempo absorber ese exceso, que ha sido demasiado alto", ha añadido Obama.
Prepara así el terreno a la reforma del mercado hipotecario anunciada este martes por el secretario del Tesoro. Tim Geither asegura que debe ponerse en marcha una reducción "cuidadosa" de las carteras de los principales bancos hipotecarios del país, Fannie Mae y Freddie Mac, con el fin de mantener una baja tasa de morosidad en un mercado saneado y firme.