Antonio López se convierte en uno de los atractivos turísticos de la Puerta del Sol
- El artista acude cada tarde a pintar esta conocida plaza madrileña
- Cientos de curiosos y turistas le rodean y fotografían mientras trabaja
El prestigioso pintor realista español, Antonio López ha continuado este viernes pintanto la Puerta del Sol, una obra que viene realizando desde hace unos días en la capital de España.
En esta ocasión, ha dado un giro de 180 grados y ha comenzado a plasmar en su lienzo el perfil arquitectónico que tiene como protagonista al cartel publicitario del "Tío Pepe".
Ante las miradas de los curiosos, pintor manchego continúa inmerso en esta nueva obra que le ha sacado a la calle.
"Es una obra que necesita una luz muy especial", señala el artista. Una luz que según aclara sólo se consigue en los meses de verano entre las seis y las ocho de la tarde.
Un artista vivo
Conocido por su meticulosidad y por la gran cantidad de tiempo que dedica a sus cuadros, ha llegado a pasar décadas pintando una misma obra, López se ha convertido estos días en uno de los atractivos turísticos de las ciudad.
Cuando el artista, premio Príncipe de Asturias de las Artes, ha comenzado a trabajar, un centenar de turistas y paseantes se ha congregado a su alrededor.
Tantos curiososos se han congregado en torno a él, que ha tenido que pedir al público que se apartara para poder ver el perfil de las calles Alcalá y Carrera de San Jerónimo, que estaba plasmando en su cuadro.
El círculo de gente alrededor del artista se va haciendo cada vez más numeroso, decenas de brazos se elevan para intentar capturar una fotografía del maestro en plena actividad. Y el pintor vuelve a insistir, esta vez más enérgico, que se aparten porque así le es imposible pintar.
Asume la popularidad
A pesar de todo, Antonio López es consciente de la expectación que levanta y asume que el público se acercará para verlo desarrollar su arte.
"Sé que es así. La gente debe estar allí, y yo voy a donde está la gente", ha señalado.
A las 20.00 horas en punto el artista retira el cuadro y recoge sus útiles de pintura entre los aplausos de los curiosos, algunos de los cuales no dudan en seguirlo mientras se marcha por la Calle del Correo con su lienzo.