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Descubren 25 nuevas especies de árboles en la Amazonía ecuatoriana

  • El Parque Nacional de Yasuní es la mayor reserva natural de Ecuador
  • Los biólogos buscan entender la dinámica de la vida y la muerte de los árboles
  • Otro objetivo es el estudio de la cantidad de carbono almacenado en el parque

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Una imagen de la selva ecuatoriana
Una imagen de la selva ecuatoriana

Un equipo de biólogos ecuatorianos han descubierto 25 nuevas especies de árboles, en la Amazonía ecuatoriana. Concretamente, en una parcela del Parque Nacional Yasuní -limítrofe con Perú-, uno de los rincones con mayor diversidad biológica del mundo y donde algunos de estos árboles superan los 30 metros de longitud.

El hallazgo es fruto de 15 años de análisis intensivos realizados por científicos de la Universidad Católica del Ecuador (PUCE). Lo califican de "extraordinario", porque aunque el ser humano identifique nuevas especies casi a diario, es difícil encontrar árboles ignotos.

"Es algo magnífico para un bosque que en un estudio hayamos encontrado esas especies nuevas en ese número", señaló a EFE Renato Valencia, uno de los responsables de la investigación.

Una de las nuevas especies descubiertas, la Annona cupria, se trata de una planta suave y corchosa, de corteza rasgada, que se eleva más de 20 metros sobre un suelo enrojecido por el color cobre las hojas caídas, motivo por el que el árbol se ha ganado el apelativo de cupria.

En el Yasuní, donde viven más de mil especies animales, en una 'pequeña' parcela de un kilómetro de largo por 500 metros de ancho, se han identificado más de 1.200 especies diferentes de árboles y arbustos en total, lo que lo convierte en uno de los pedazos de la Tierra con más biodiversidad del planeta.

Objetivos marcados

El proyecto dirigido por los biólogos ecuatorianos pretende entender la dinámica del nacimiento, la vida y muerte de los árboles de la Amazonía a partir del estudio detallado de una parcela elegida al azar.

Los científicos mantienen la 'ficha vital' de más de 300.000 tallos. Cada uno de ellos tiene alrededor una placa con un número de identidad. "Cada cinco años venimos con un metro, lo medimos, vemos si está vivo, o si está muerto y su estructura", explicó Valencia.

Uno de los objetivos de los biólogos es estudiar la cantidad de carbono que almacenan los árboles, un factor clave para conocer la capacidad de los bosques de absober los gases que provocan el calentamiento global. Según sus datos, estas capturas habrían disminuido de 1 tonelada al año, como cifraban estudios anteriores, a 0,15 toneladas anuales.