El traductor asesinado en Afganistán vivía en España desde hace más de treinta años
- Ha sido tiroteado junto a dos guardias civiles en un atentado
- Se trata de Ataollah Taefik Alili, de origen iraní y de 55 años
- Tenía un negocio de alfombras e iba a regresar a España el 4 de septiembre
El traductor muerto junto a dos guardias civiles en Afganistán, en un atentado perpetrado al parecer por un talibán infiltrado, vivía en España desde hace más de treinta años y residía junto a su familia en la localidad de Cuarte de Huerva (Zaragoza).
Según ha informado un allegado de la familia, se trata de Ataollah Taefik Alili, de origen iraní y de 55 años, casado con una ciudadana española y padre de dos hijos, quien tenía su domicilio desde hace diez años en Cuarte, un pueblo cercano a la capital aragonesa, y regentaba un negocio de alfombras.
Desde hace unos meses se encontraba en Afganistán como intérprete contratado por el Ejército español y tenía previsto regresar a principios del próximo mes de septiembre, según las fuentes.
El alcalde de Cuarte de Huerva, Jesús Pérez, ha indicado que residía en la localidad pero no estaba empadronado y que ha ofrecido a la familia la ayuda que necesite.
Iba a regresar el 4 de septiembre
Una amiga de la familia, también residente en Zaragoza, ha declarado que Taefik Alili se encontraba en Afganistán desde hace tres meses y que tenía previsto regresar el 4 de septiembre.
Ha añadido que era una persona excelente y que su familia se siente muy orgullosa de la labor que estaba desempeñando, a la vez que ha confirmado que será enterrado en Cuarte de Huerva.
Taefik, quien llegó a España en 1979, era un conocido miembro de la Comunidad Bahai en Zaragoza, según ha indicado José Luis Fanlo, secretario de la Asamblea Local de esta religión que nació en Irán a mediados del siglo XIX.
En el atentado han muerto también el capitán de la Guardia Civil José María Galera Córdoba y el alférez, también guardia civil, Abraham Leoncio Bravo Picallo, quienes han sido tiroteados cuando instruían a un grupo de 47 agentes afganos en una base militar.
El autor de los disparos, que utilizó un fusil de asalto y falleció tras ser abatido por la Guardia Civil, era chófer de uno de los dos agentes españoles, al parecer del capitán.