La rana ibérica vuelve a croar en Madrid
- Regresan a la sierra de Guadarrama cuatro décadas después de su extinción
- Se han soltado doscientas crías de estos anfibios para recolonizar el territorio
- Un pez, el salvelino, su enemigo letal, ha sido erradicado de la zona
En la frecuente batalla en la naturaleza, en la lucha por la supervivencia, no siempre gana el más fuerte. Ésta vez, con ayuda del hombre, las ranas béricas se han impuesto a los salvelinos -un pez de la familia de los salmónidos-, sus principales depredadores , y volverán a poblar la sierra madrileña.
Cuatro décadas después de su extinción, las patilargas volverán a croar en las Lagunas del Parque Natural de Peñalara, donde el Director General de Medio Ambiente, Federico Ramos, ha soltado hoy doscientas crías con la esperanza de que la sierra de Madrid recupere sus ranas autóctonas.
Estos anfibios desaparecieron en los años 70 como consecuencia de la introducción de especies invasoras. El éxito de la recuperación de la rana ibérica ha sido posible gracias a la eliminación de los salvelinos, que se introdujeron por motivos de pesca y ocio, y que se ha tardado más de siete años en eliminar.
Los doscientos renacuajos han sido criados en el Centro de Cría en Cautividad de Anfibios Amenazados (Rascafría, Madrid) y elevan a 1.000 ejemplares la cantidad que el Ejecutivo regional ha soltado en esta zona desde 2005, cuando se soltaron las primeras.
"La rana ibérica es uno de los bioindicadores más fiables de la calidad medioambiental que reúne la sierra madrileña, porque al ser especies ultra sensibles, nos ayudan a saber si estamos actuando correctamente en la conservación de la sierra", ha señalado Ramos.
No obstante los expertos consideran que sólo sobrevivirán la mitad de las 200 crías, pues algunos serán "alimento de otras especies y otros tendrán algunos problemas".
Además se instalarán equipos de grabación automática de los cantos de las ranas (frogloggers), que medirán la población y su evolución año tras año.