Francia quiere expulsar a los gitanos que cometan robos reiterados o "mendicidad agresiva"
- El ministro de Inmigración anuncia la medida antes de reunirse con la UE
- Ya son 977 los expulsados en un mes con la política de Sarkozy
- Los ministros de Exteriores y Defensa critican las medidas
El Gobierno francés tiene previsto incluir una enmienda legal dirigida especialmente a los gitanos que permite expulsarlos del país en caso de "amenaza al orden público por robos reiterados o mendicidad agresiva", según ha anunciado el ministro de Inmigración, Eric Besson, en un movimiento que radicaliza aún más la ofensiva del Elíseo contra este colectivo.
El presidente Nicolas Sarkozy, anunció a finales de julio un endurecimiento de la política de seguridad de Francia con el desmantelamiento de los asentamientos ilegales de gitanos que viven de la mendicidad y hacen trabajos ocasionales.
"Necesitamos ampliar las oportunidades para dictar órdenes de deportación por haber amenazado el orden público en el marco de reiterados actos de robo o la mendicidad agresiva", ha desvelado Besson que ha apuntado que se presentará una enmienda con tal fin.
Mientras, el ministro de Interior, Brice Hortefeux, ha desvelado que Francia desmanteló 128 campamentos ilegales de gitanos y expulsó a 977 de sus ocupantes en un mes, quien ha asegurado que la ofensiva sigue adelante.
"Los resultados son conformes" al compromiso del presidente galo, Nicolas Sarkozy, cuando el pasado 28 de julio anunció el desmantelamiento de la mitad de los campamentos ilegales en territorio francés en el plazo de tres meses.
"No hacemos más que aplicar las leyes en vigor", ha declarado el ministro del Interior antes de incidir en que "el Gobierno dice lo que hace y hace lo que dice".
Las operaciones de evacuación y desmantelamiento de campamentos ilegales "van a seguir porque son legítimas y necesarias".
Hortefeux reiteró que no se trata de estigmatizar a ninguna comunidad en concreto, ni de expulsar a gitanos por el hecho de serlo pero tampoco de "cerrar los ojos a la realidad".
Reunión en Bruselas
Estas palabras llega un día antes de que una representación del Gobierno francés encabezada por el propio Besson se reúna el martes con los comisarios europeos de Interior, Justicia y Asuntos Sociales para dar cuenta de su polémica política de expulsión de gitanos rumanos y búlgaros.
Besson, así como el secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, tienen cita por la tarde en la Comisión Europea (CE) con los comisarios de Justicia, Viviane Reding; Interior, Cecilia Malsmström, y Asuntos Sociales e Inclusión, Laszlo Andor, según ha informado un portavoz comunitario.
El Gobierno francés defenderá ante Bruselas la legalidad conforme a la normativa comunitaria del desmantelamiento de 300 campamentos de gitanos y la expulsión incentivada de los gitanos residentes, casi en su totalidad rumanos y búlgaros.
A las dudas sobre la discriminación racial que podría esconderse tras la medida se suman las de origen legal, pues la Unión Europea (UE) tiene uno de sus principios capitales en la libertad de movimiento de los ciudadanos comunitarios.
Además de la legalidad de las medidas francesas, también se analizarán las ideas expresadas por representantes franceses y rumanos en la reunión que mantuvieron la pasada semana en París, así como la integración de las comunidades romanís en la sociedad.
El origen de la reunión en Bruselas es fruto de una conversación telefónica entre el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, y el primer ministro francés, François Fillon, la pasada semana, en la que este último aseguraba que la medida adoptada por Francia respetaba "plenamente" las normas comunitarias.
La llamada telefónica se produjo poco después de hacerse pública la convocatoria, el próximo 6 de septiembre en París, de una reunión informal sobre inmigración ilegal auspiciada por el Gobierno francés extramuros de la infraestructura comunitaria y a la que sólo estarían invitados algunos países de la UE (entre ellos España e Italia), así como EE.UU. o Canadá.
A la cita ha sido invitada la comisaria Malsmström, que ha confirmado haber recibido la invitación pero no su asistencia.
División en el Gobierno
Por otra parte, la política de Sarkozy ante los gitanos están resquebrajando a su propio Gobierno, donde la figura más a la izquierda, el ministro de Exteriores Bernard Kouchner -ex socialista y fundador de Médicos Sin Fronteras- ha expresado ante un grupo de embajadores franceses que pensó en dimitir tras las expulsiones de gitanos rumanos.
"¿Cómo podría remediarlo? Dimitiendo, pensé", habría dicho en palabras recogidas por la televisión TRL, que recogen que Kouchner habló con el presidente Sarkozy del tema.
El titular de Exteriores, que asegura tener el "corazón roto" por lo que está ocurriendo, relata que finalmente decidió continuar porque consideró que "irse es desertar, es aceptar" y recuerda que ha estado en sus 25 años de trabajo solidario colaborando en la cuestión de los gitanos.
Otro ministro, el centrista titular de Defensa Hervé Morin, también ha expresado sus dudas sobre las medidas contra los gitanos haciendo un llamamiento a "la sociedad pacífica y del reconocimiento" y ha criticado "el discurso del odio, del miedo y la búsqueda de chivos expiatorios".